Cuaresma

21 de marzo. Domingo 5º de Cuaresma –

Primera lectura

Lectura del profeta Jeremías (31,31-34):
Meteré mi ley en su pecho, la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.

Salmo

Sal 50  R/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro

Segunda lectura

Lectura de la carta a los Hebreos (5,7-9):

«Y, aunque era Hijo de Dios, aprendió por medio de sus propios sufrimientos qué significa obedecer. 9.De este modo, él alcanzó la perfección y llegó a ser causa de salvación eterna para todos los que le obedecen,»

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (12,20-33):

Entre los que había subido para adorar durante la fiesta, había unos griegos. que se acercaron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le dijeron: «Señor, queremos ver a Jesús». Felipe fue a decírselo a Andrés, y ambos se lo dijeron a Jesús. El les respondió: «Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado. Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. El que tiene apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna. El que quiera servirme que me siga, y donde yo esté, estará también mi servidor. El que quiera servirme, será honrado por mi Padre. Mi alma ahora está turbada, ¿Y qué diré: «Padre, líbrame de esta hora? ¡Sí, para eso he llegado a esta hora! ¡Padre, glorifica tu Nombre!». Entonces se oyó una voz del cielo: «Ya lo he glorificado y lo volveré a glorificar». La multitud que estaba presente y oyó estas palabras, pensaba que era un trueno. Otros decían: «Le ha hablado un ángel». Jesús respondió: «Esta voz no se oyó por mí, sino por ustedes. Ahora ha llegado el juicio de este mundo, ahora el Príncipe de este mundo será arrojado afuera; y cuando yo sea levantado en alto sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí». Jesús decía esto para indicar cómo iba a morir.

Palabra del Señor

COMENTARIO

 

“La exclamación de Jesús ha llegado la hora está en tiempo prefecto, lo que da a entender que la hora ha llegado…y, continúa vigente, siempre llegando. Cruz, muerte, resurrección, glorificación, salvación universal, inauguración definitiva del reinado de Dios en Cristo, todo coincide en Juan en un mismo suceso, en un mismo momento fundacional que él denomina la hora de Jesús. Ese es el momento en que toda la humanidad y toda la historia quedan referidas a ese acontecimiento central y definitivo. La imagen del grano de trigo apunta también a la metáfora de esa hora paradójica.

La hora de Jesús es también una llamada a decidir. Nuestra hora es ahora. Desde el momento en que Jesús entregó su vida por nosotros, fue crucificado y resucitado, ese momento se transforma en una decisión terrena, una llamada a la entrega constante e irrevocable.

La hora de Jesús es nuestra hora. Jesús lanza una llamada a vivir con la mirada puesta en su cruz y en su resurrección. No hay una sin la otra. No hay amor sin entrega. No hay fe sin servicio. No hay vida sin abandono. No hay fecundidad sin entrega.

Jesús está levantado para siempre delante de nosotros, atrayéndonos a todos, llamándonos a todos a escuchar su Palabra, dejarnos iluminar por su luz, creer en él y seguirlo para estar siempre con él, en el amor del Padre.

¿Vivo mi relación con Jesús desde esta permanente actualidad y vigencia?”

Gonzalo Zarazaga, SJ. Meditaciones con el evangelio de Juan.Cap.21. Ed San Pablo

 

Nos dice María Campillo RJM en su ponencia del Simposio JM 2018 en Lyon ,Claudina, “Hablando con el Crucificado, como un amigo, se preguntaría: “¿qué debo hacer por Cristo…? Ante su llamada pudo brotar: “no queriendo vivir sino para Ti”, contigo y como Tú. Respuesta que le llevaría a “salir de su propio amor, querer e interés”  decidida a optar por la Vida para que otros puedan vivir, y a buscar cómo seguirle para servirle en los pobres y responder a las necesidades del entorno. Inicia su camino apostólico que Dios le irá revelando poco a poco y ella lo irá secundando.”