Navidad

Domingo, 10 de enero de 2021 .Lecturas del Bautismo del Señor – Ciclo B

«Este es mi Hijo amado, escúchenlo»

Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (42,1-4.6-7):

“Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he tomado de la mano, te he formado, y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan las tinieblas.»

Salmo

Sal 28,1a.2.3ac-4.3b.9b-10

R/.
 El Señor bendice a su pueblo con la paz

Segunda lectura

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (10,34-38):

«Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.»


Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,7-11):

««Detrás de mí vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo». En aquellos días, Jesús llegó desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Y al salir del agua, vio que los cielos se abrían y que el Espíritu Santo descendía sobre él como una paloma; y una voz desde el cielo dijo: «Tú eres mi Hijo muy querido, en ti tengo puesta toda mi predilección».»

                                                                                                                          Palabra  de Dios

COMENTARIO

Nada más lindo que esta lectura donde Jesús es bautizado y recordar las palabras del Padre. » eres mi hijo amado y en ti mi complazco». Hoy me detengo en esa mirada del Padre a su Hijo. Jesús se hace uno con nosotros por lo que es lindo saber que esas mismas palabras son nuestras también. Me encanta saber que por medio del Bautismo de cada uno de nosotros, así con toda nuestra condición humana, Dios Padre nos toma como hijos suyos… Nos dice a todos «eres mi hijo amado», esta misma frase se repite en parábola del Padre misericordioso. Constantemente Dios nos dice que nos ama y se complace con nuestra presencia, con nuestros gestos de amor, con nuestra actitud en salida al mundo, con los que nos rodean.

(Imagen de Santa Claudina de la capilla de JM Pablo Nogués)

En Claudina puedo notar también como ella se re significa como hija de Dios, y como desde ese amor de padre e hija, así como Jesús, abre su corazón con gestos de acogida y amor a tantos que en su tiempo lo necesitaban, con toda su humanidad y pequeñez.

En la Epifanía, Dios, se da a conocer, enviando a su hijo. En el bautismo de Jesús, Dios reivindica a su hijo. Lo llama su predilecto. Entonces, y ahora, pocos lo reconocieron. Esa fue la gran preocupación de Claudina. Los hombres y mujeres, que viven sin conocer a Dios. Preocupación, que hacemos nuestra, tambien hoy. Pidamos, que como Claudina,demos a conocer a Dios, y confirmemos su misión y su presencia en nuestras vidas, para que se muestre en la vida de quienes nos conocen.

AFJM, Pablo Nogués

Navidad

Miércoles 6 de enero de 2021.Epifanía del Señor

«Vayamos a adorarlo»

Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (60,1-6): «¡LEVÁNTATE y resplandece, Jerusalén, porque llega tu luz»
Salmo 71 R/. Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de  la tierra.


Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (3,2-3a.5-6):

“También los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo, y partícipes de la misma promesa en Jesucristo, por el Evangelio.”
Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (2,1-12):

«Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén y preguntaron: «¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo». Al enterarse, el rey Herodes quedó desconcertado y con él toda Jerusalén. Entonces reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, para preguntarles en qué lugar debía nacer el Mesías. «En Belén de Judea, le respondieron, porque así está escrito por el Profeta:Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo, Israel». Herodes mandó llamar secretamente a los magos y después de averiguar con precisión la fecha en que había aparecido la estrella, los envió a Belén, diciéndoles: «Vayan e infórmense cuidadosamente acerca del niño, y cuando lo hayan encontrado, avísenme para que yo también vaya a rendirle homenaje». Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño. Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría, y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra. Y como recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes, volvieron a su tierra por otro camino.»


                                                                                                                                Palabra del Señor

COMENTARIO

Hoy celebramos la manifestación de Dios, a través de la lectura de la venida de los Reyes Magos – «Magos», no en el sentido que conocemos hoy en día, sino que se hablaba de aquella manera de personas «sabias».  Cada uno de éstos 3 Reyes representan la diversidad de razas conocidas en ese entonces – Asia, Europa y África – como también, las distintas etapas (niñez-juventud-vejez); refiriéndose a partir de los Reyes, que el encuentro con Dios no solamente se manifiesta al Pueblo de Israel, sino que A TODOS.

En el evangelio de hoy se nos recuerda el momento en que los Reyes iban camino hacía Belén, dejándose llevar por una estrella, la cual ha sido un medio de Dios en su peregrinación hasta Jesús.

Hoy quizás algo de la trascendencia simbólica de esta estrella continúa en la vida de cada uno/a… a través de muchas personas (ya sea en nuestra comunidad, familias, amigos, las religiosas de JM, en nuestra parroquia, entre otras) que a lo largo de nuestra vida han sido medios, que nos invitan constantemente y hallar a  Jesús en nuestra cotidianidad, para amarlo y seguirlo cada vez más de cerca. Porque como pequeñas estrellas iluminan, reconfortan y guían nuestro camino hacía aquel que sorprendentemente lo cambiará todo.

Siguiendo la lectura, podemos observar como los Magos les despertaba tal admiración, esperanza y alegría presenciar la escena del niño Jesús junto a María; que es de alguna manera los mismos sentimientos que provocan en nosotros cuando tenemos la certeza de saber y sentir que Él esta cerca, que está con y en nosotros/as. 

Antes de finalizar, podemos quedarnos con ésta última imagen, que tanto nos puede ayudar en este nuevo año que acaba de comenzar; en el mirar como cada uno de los Reyes le ofrecieron regalos, dones con un valor simbólico: Oro (Realeza), Incienso (Divinidad) y Mirra (Humanidad). A partir de esta escena, quedarnos con una pregunta, dejándola resonar en nosotros:

Desde mi persona, ¿Qué le voy a ofrecer a Jesús en este año que comienza?

Desde Claudina:

Acompañando a cada uno de estos magos tan distintos: nosotros/as como parte de esta Familia de Jesús María, la cual se encuentra en 28 países del mundo, nos encontramos con este carisma que trasciende fronteras; que pese también a las diferencias de culturas, idiomas, edades, entre otras; nos une una misma persona que nos hermana: la persona de Jesús.  «Esta hermandad nos urge, como a Claudina, a cuidar, a querer compartir con otros la alegría que tenemos, así es como crece esta familia. Cuando reconocemos y agradecemos el don que es Dios para nosotros, cuando descubrimos y elegimos tener a Jesús como centro en la vida, vivir bajo su mirada y abrirnos a los demás, sentimos la alegría que nos nace de vivir confiados en un proyecto que nos trasciende y nos incluye. Y por eso queremos compartir esta alegría invitar a otros, ser casa abierta para todos»Palabras de Ruth Otero RJM, por el Bicentenario de Jesús María, el 6/10/18. La Calera, Argentina.

Navidad

3 de enero.Santísimo Nombre de Jesús

1 Jn. 2,29-3,6

Sal.97,1.3c-6

 Juan 1,29-34

«Al día siguiente, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó: «Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: «Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo.» Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua para que sea manifestado a Israel.»
Y Juan dio testimonio diciendo: «He contemplado el Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: «Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo.» Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.»

Comentario:

«La familia de Jesús María está de fiesta en este día por tener el nombre de Jesús en su nombre, valga la redundancia.

Hoy la Iglesia celebra el Santísimo Nombre de Jesús. Este Dios tan INNOMBRABLE al hacerse uno de nosotros toma también un nombre. El nombre que el ángel le dio a San José cuando le dijo:”…y le pondrás por nombre Jesús. Se llamará así porque El salvará a su pueblo de sus pecados”. (Mt 1,21)

Pensaba que el nombre de una persona es casi esa persona, sin nuestro nombre NO SOMOS, y me da alegría en el corazón saber y sentir que Dios nos llama por nuestro nombre a la existencia.

Cuando nos llama para una misión, también nos llama por nuestro nombre.

Los niños suelen rezar una oración que dice: Jesusito de mi vida…creo que nuestro nombre va cargado del afecto de quienes nos nombran, de la entonación con que lo pronuncien, para muchos jóvenes o no tan jóvenes la recreación del nombre está impregnada de cariño: ¿quién no se llama Luis y lo rebautizaron Lucho? y así otros tantos. Creo que Dios cuando nos llama dice con tanta ternura nuestro nombre que no hace falta recrearlo, sólo hay que agudizar el  oído  para poder escucharlo.

En el nombre de Jesús obtenemos toda bendición y gracia en el tiempo y la eternidad, pues Cristo dijo: «lo que pidan al Padre se lo dará en mi nombre.» (Juan 16, 23). Por eso la Iglesia concluye todas sus plegarias con las palabras: «Por Jesucristo Nuestro Señor.»

Quiero pedirle a Jesús que su Nombre nunca sea, por nosotros, invocado en vano. Que podamos llamarlo en la desesperanza y en la dicha, en las dificultades y en las penas y que en El encontremos nuestra fuerza, nuestra alegría, nuestra paz, nuestro consuelo.»

Silvina RJM -Año 2014

 

Compartimos una canción hecha por nuestras hermanas de España, que nos ayudará a rezar y profundizar en la fiesta que hoy celebramos. (del CD Porque nos ama… Jesús María. Letra de San Pablo a los Filipenses, música de Lola Edú, rjm)

 

 

Navidad

3 de enero. Domingo 2do. después de Navidad

                  La Palabra era la luz verdadera  que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre.

Eclesiástico 24,1-2.8-12/

Sal 147,12-13.14-15.19-20/ La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros

Efesios 1,3-6.15-18/

Juan 1,1-18

Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios,
y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron. Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. El no era luz, sino el testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera  que, al venir a este mundo,
ilumina a todo hombre. Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella,
y el mundo no la conoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios. Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros.
Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único,lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él, al declarar: «Este es aquel del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo». De su plenitud, todos nosotros hemos participado  y hemos recibido gracia sobre gracia: porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que está en el seno del Padre.Palabra del Señor

Comentario

«…Así Dios es Dios con nosotros, Dios que nos ama, Dios que camina con nosotros. Éste es el mensaje de Navidad: el Verbo se hizo carne. De este modo la Navidad nos revela el amor inmenso de Dios por la humanidad. De aquí se deriva también el entusiasmo, nuestra esperanza de cristianos, que en nuestra pobreza sabemos que somos amados, visitados y acompañados por Dios; y miramos al mundo y a la historia como el lugar donde caminar juntos con Él y entre nosotros, hacia los cielos nuevos y la tierra nueva. Con el nacimiento de Jesús nació una promesa nueva, nació un mundo nuevo, pero también un mundo que puede ser siempre renovado…»

«En el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios hay también un aspecto vinculado con la libertad humana, con la libertad de cada uno de nosotros. En efecto, el Verbo de Dios pone su tienda entre nosotros, pecadores y necesitados de misericordia» . Y, nosotros deberíamos apresurarnos a recibir la gracia que Él nos ofrece.

En cambio, continúa el Evangelio de san Juan, «los suyos no lo recibieron» (v. 11). Incluso nosotros muchas veces lo rechazamos, preferimos permanecer en la cerrazón de nuestros errores y en la angustia de nuestros pecados. Pero Jesús no desiste y no deja de ofrecerse a sí mismo y ofrecer su gracia que nos salva. Jesús es paciente, Jesús sabe esperar, nos espera siempre. Ésto es un mensaje de esperanza, un mensaje de salvación, antiguo y siempre nuevo. Y nosotros estamos llamados a testimoniar con alegría este mensaje del Evangelio de la vida, del Evangelio de la luz, de la esperanza y del amor. Porque el mensaje de Jesús es éste: vida, luz, esperanza y amor.» Papa Francisco , Angelus del Papa Francisco, 2014

«Claudina conoció internamente al Padre bueno, creador y cuidador de su persona y de todo lo creado. Consciente de su dignidad y fragilidad, se sintió hija y criatura en sus manos, hermana universal. Con corazón agradecido y alegre, vivió en libertad y dependencia,alabanza yservicio(PºyFº) «

María Campillo RJM

Con actitud de Adoración junto a Jesús en el pesebre, escuchemos la Palabra de Dios Encarnada , que nos interpela e ilumina…

Y, junto a Santa Claudina, sintámonos , hijos/as, en Él , criaturas ,amadas, libres, esperanzadas.

Navidad

27 de diciembre.La Sagrada Familia

Lectura del libro del Eclesiástico 3,2-6.12-14

Salmo 127 R/. Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3,12-21

Como elegidos de Dios, santos y amados, revestíos de compasión entrañable, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia.

Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 2,22-40

«Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor. (De acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo primogénito varón será consagrado al Señor»), y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones». Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre honrado y piadoso, que aguardaba el Consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.
Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.»
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: «Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma.»
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.»

Palabra del Señor

Comentario

«El Evangelio de Lucas de este domingo nos muestra cuatro figuras en torno al Niño, que por primera vez llega al Templo de Jerusalén. María y José cumplen las prescripciones legales con el don de los pobres, los dos pichones de paloma. Quien es así  “rescatado” es el primogénito del joven matrimonio, pero es el Unigénito del Padre, que siendo grande y rico se hizo pequeño y pobre, se hizo uno de nosotros porque, decía el Papa Francisco, “Dios se complace en nuestra pequeñez”.

En Simeón se manifiesta la esperanza de Israel, “pueblo que caminaba en tinieblas ha visto una gran luz”, en él hay un anticipo de Pentecostés, está lleno del Espíritu Santo y por eso puede reconocer al Mesías que ha llegado, “la gracia de Dios que se ha manifestado”. Por eso ya puede partir en paz, sus ojos han visto la salvación, a Cristo, “la luz de las gentes” (“Lumen Gentium” son justamente las dos palabras iniciales del más importante texto del Vaticano II). En cada rezo de Completas la Iglesia repite sus palabras, que anticipan la de cada uno de nosotros cuando llegue el tiempo de partir de la mano de Jesús, María y José.

Es el Espíritu el que permite a Simeón hacer la primera profecía de la Pasión: anuncia el dolor de María, la espada que atravesará el corazón de la Madre “junto a la cruz”. Ana, con sus ochenta y cuatro años, desborda de alegría, seguramente escuchó a Simeón y salió a compartir, a anunciar, la gran noticia. Ni José ni María dicen palabra alguna pero están admirados de lo que decían de su niño. Como ellos, no perdamos la capacidad de admirarnos de las maravillas de Dios cada día, en cada misa, en cada misión, en la vida de familia y del trabajo, en la pobreza o en la enfermedad, ante la naturaleza, ante cada ser humano, ante cada caricia de Dios. Como Simeón, sepamos esperar, discernir, responder al Espíritu Santo para proclamar al Salvador, como Ana salgamos con alegría a comunicarlo y transmitirlo entre la gente que, como entonces, llega apurada y cansada, desilusionada quizás. Simeón y Ana tendrían que estar en nuestras propios templos y comunidades donde a menudo no somos capaces de salir a encuentro, reconocer y acoger.

En esta fiesta en pleno Tiempo de Navidad, como familias y como comunidades religiosas, vayamos a Nazaret, el hogar de José, María y Jesús. El Beato Pablo VI decía en su viaje de 1964, “Nazaret es la escuela de iniciación para comprender la vida de Jesús. La escuela del Evangelio. Aquí se aprende observar, a escuchar, a meditar, a penetrar en el sentido, tan profundo y misterioso, de aquella simplísima, humildísima, bellísima  manifestación del Hijo de Dios…Oh, y cómo querríamos ser otra vez niños y volver a esta humilde, sublime escuela de Nazaret!”. En la casa de José, el Carpintero, seamos niños con el Niño, crezcamos con él, y como María, guardemos en el corazón tantas enseñanzas, que desborden en el anuncio del amor de Dios-con-nosotros.»

Reflexión realizada por Norberto Padilla para  este blog ,el  28 de diciembre de 2014.

Claudina en su infancia conoció al Dios Padre bueno, Dios en lo cotidiano,  miraba el mundo con el corazón de Jesús. En su adolescencia, con el corazón roto, queriendo perdonar y no poder ADORA Y CONFIA. Pasaría ratos contemplando a María, la Madre y a Jesús , el amigo, con sus corazones traspasados por amor, además de consolarle, le cambiarían la mirada poco a poco… Hay que enseñarles, hay que educarles, darles amor, para que los niños puedan crecer en sabiduría y en gracia.

¿Cómo educamos y para qué?

 

 

 

Equipo, AFJM AU

Navidad

Lecturas del Solemnidad de la Natividad del Señor

Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (52,7-10):
«¡Qué hermosos son sobre las montañas los pasos del que trae la buena noticia, del que proclama la paz, del que anuncia la felicidad, del que proclama la salvación y dice a Sión: «¡Tu Dios reina!». ¡ Escucha! Tus centinelas levantan la voz, gritan todos juntos de alegría, porque ellos ven con sus propios ojos el regreso del Señor a Sión..¡Prorrumpan en gritos de alegría, ruinas de Jerusalén, porque el Señor consuela a su Pueblo, él redime a Jerusalén! .El Señor desnuda su santo brazo a la vista de todas las naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación de nuestro
Palabra de Dios

Salmo

Sal 97,1.2-3ab.3cd-4.5-6

R/.
 Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios.

V/. Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.

V/. El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia.
Se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.

V/. Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.

V/. Tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta a los Hebreos (1,1-6):
«Después de haber hablado antiguamente a nuestros padres por medio de los Profetas, en muchas ocasiones y de diversas maneras, ahora, en este tiempo final, Dios nos habló por medio de su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas y por quien hizo el mundo. Él es el resplandor de su gloria y la impronta de su ser. Él sostiene el universo con su Palabra poderosa, y después de realizar la purificación de los pecados, se sentó a la derecha del trono de Dios en lo más alto del cielo. Así llegó a ser tan superior a los ángeles, cuanto incomparablemente mayor que el de ellos es el Nombre que recibió en herencia. ¿Acaso dijo Dios alguna vez a un ángel: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy? ¿Y de qué ángel dijo: Yo seré un padre para él y él será para mí un hijo? Y al introducir a su Primogénito en el mundo, Dios dice: Que todos los ángeles de Dios lo adoren.»

                                                                                                                                                                     Palabra de Dios

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (1,1-18):

«Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Al principio estaba junto a Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la recibieron. 6Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino el testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre. Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios. Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él, al declarar: «Este es aquel del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo». De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia: porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que es Dios y está en el seno del Padre.»
                                                          Palabra del Señor

COMENTARIO

La Palabra es luz verdadera, es vida para todos los hombres y mujeres.  Una gran noticia nos trae la Navidad , de que el mismo Dios acampa  entre nosotros.  No sólo vino a recordarnos que somos hermanos/as sino que se queda con nosotros/as , haciéndose hombre-Dios, tierra – cielo.

En la Palabra que es el mismo Jesús, encontramos la esperanza que necesitamos, el camino que deseamos seguir, la verdad de que somos amados por Dios e hijos de un Padre que desborda de misericordia y sueña con la mesa en donde estamos todos/as celebrando la fraternidad y buscando el bien común.

El niño de Belén, el Verbo se hizo carne, el Dios con nosotros son sinónimos de decir:

Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres amados.

Claudina encontró en el misterio de la encarnación: su horizonte. Los pastores, los animales, los reyes, la Sagrada Familia, lo ángeles, etc y cada uno de los misterios de  la vida de Jesús fueron conformando su corazón, su entrega, su capacidad de saberse hermana  de todos y que Dios es bueno con todos.

Quizás nos preguntaríamos ¿en qué lugares de mi vida necesito luz?

Hoy Jesús me invita a la fraternidad creíble de un pesebre que soy yo mismo/a. ¿Me animo a abrirme a este misterio?

AFJM, Equipo

Navidad

25 de Diciembre .Natividad del Señor

 

 Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (52,7-10):
Sal 97,1.2-3ab.3cd-4.5-6

Salmo


R/.
Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios

Segunda lectura

Lectura de la carta a los Hebreos (1,1-6):

Evangelio

0

Lectura del santo evangelio según san Juan (1,1-18):

En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: «Éste es de quien dije: «El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo.»» Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

Palabra del Señor

Acércate a Belén (Dolores Aleixandre)

*Acércate a Belén a escuchar ese “evangelio” que se te anuncia también a ti, esa gran noticia que cada ser humano puede repetir con asombro: “Me ha nacido un Salvador”.

* Acércate a Belén a escuchar para que esa “música”, que fue “la banda sonora” de Jesús, vaya haciéndose también la banda sonora de tu vida y, cada vez más, tu interés, tu atención, tu deseo, tu decir y tu hacer vayan coincidiendo con los de Jesús en su pasión por el Padre y por el Reino.

* Acércate a Belén a dejarte querer, a aceptar que estén dirigidas también a ti las palabras que oyeron los pastores: “Paz a los hombres a quienes ama el Señor”.

Siéntete envuelto en esa complacencia de Dios, experimenta la alegría de “caerle bien”, de ser objeto de su amor gratuito, de no necesitar “hacer méritos” para conseguir ese amor porque lo propio de la gracia es ser absolutamente inmerecida y desbordar cualquier expectativa por nuestra parte. Consiente a ese amor torrencial y envolvente de Dios que se nos regala en Jesús y deja que brote en ti una urgencia agradecida de responder a ese amor.

* Acércate a Belén a recibir esa gran alegría que es para todo el pueblo: imagina tu vida como comunicación y contagio de ese gozo destinado a llegar a todos. Siente sobre ti la fuerza del Espíritu que te envía “a dar la buena noticia a los pobres…”(Is 61,1)

“Cuando los ángeles se marcharon al cielo, los pastores se decían: “Vayamos a Belén a ver lo que ha sucedido y nos ha comunicado el Señor. Fueron aprisa y encontraron a María, a José y al niño acostado en el pesebre”.

El anuncio del ángel ha movilizado en ellos todo su deseo y su búsqueda y han ido “aprisa”, obedeciendo a una palabra que les señalaba como lugar de encuentro aquél que nunca hubieran imaginado.

* Acércate a Belén a mirar y a asombrarte, a transformar la imagen que tienes de Dios: “Dios es este niño”. “La comunicación de Dios se ha hecho debilidad humana y ha plantado su tienda entre nosotros” (Jn 1,14)

* Acércate a Belén a tocar la debilidad de Dios, a experimentar cómo, en medio de la hostilidad de un mundo que se cierra a recibirle, Él hace presente su ternura, su accesibilidad total en el cuerpo de un niño que se pone en nuestras manos. Hazte consciente de que cada vez que tocas tu propia debilidad o la de tus hermanos, estás aprendiendo a tocar la debilidad de Dios.

ACÉRCATE A BELÉN

 

Bendición  para la mesa navideña

Estamos reunidos en esta mesa Señor para celebrar con profunda alegría ,

que una vez más vienes a nosotros , frágil como niño .

Te damos gracias porque siempre nos das una nueva oportunidad de comenzar.

Hay muchos hermanos que sufren hambre,

queremos en primer lugar pedirte por ellos.

Abre nuestros corazones

y ayúdanos a sentirnos hermanos con los que sufren.

Te pedimos que bendigas nuestras familias ,

que tu Nacimiento nos ilumine con tu Paz y ella reine en nuestros hogares.

Bendice Señor estos alimentos que vamos  a comer en tu Navidad

y que ellos nos den fuerzas para seguir tu camino- Amén

 

 

Oración para hacer en familia alrededor del pesebre

DICE DIOS…

He nacido desnudo para que sepas despojarte de ti mismo…

he nacido pobre, para que puedas tenerme como única riqueza…

he nacido en un pesebre, para que aprendas a santificar todo ambiente…

he nacido débil, para que nunca tengas miedo de mi…

he nacido por amor, para que nunca dudes de mi amor…

he nacido en la noche, para que creas que puedo iluminar cualquier lugar…

he nacido persona, para que nunca te avergüences de ser quien eres…

he nacido «humano», para que tú puedas ser «divino»…

he nacido perseguido, para que puedas aceptar las dificultades…

he nacido en la simplicidad, para que dejes de ser complicado…

he nacido en una gruta, expuesto a la mirada de todos, para que todos tengan acceso a mí…

he nacido pequeño, para que no busques dominar a otros…

 

 

Navidad

30 de diciembre. Sagrada Familia: Jesús, María y José

Eclesiástico 3,2-6.12-14/

Sal 127,1-2.3.4-5/. Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos

Colosenses 3,12-21/

Lucas 2, 41-52 

» Sus padres iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Como no lo encontraron volvieron a Jerusalén en busca de él.

Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas. Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: «Hijo Mío, ¿porqué nos has hecho esto? Piensa que tus padre y yo te buscábamos angustiados». Jesús les respondió : Porqué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?» Ellos no entendieron lo que les decía.El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón. Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres.»

Comentario

Acompañamiento, Celebración Pascual, Costumbres, angustia, incertidumbre, asombro, son todos sentimientos y escenas que se van suscitando con el relato de Lucas .

No es más que una escena familiar donde se trasladan José , María y el niño a Jerusalén dispuestos a respetar la Fiesta. Cuando al volver no encuentra a Jesús y regresan, lo admiran absortos por la forma en que El se expresaba entre los doctores del  Templo.

María, intuye ya la Misión de su hijo , que no deja de crecer en Gracia para con Dios y los hombres. Ella en silencio guarda esto en su corazón de madre.

José , su padre seguramente, recordará las palabras del Angel cuando le anunció el Milagro.

Jesús trata de explicarles, con actitud de hijo, que no se preocupen por su destino.

Escena familiar, sentida y profunda si las hay, Fundante de la Familia como Nido de adoración y esperanza !

Patricia Auer. Comunidad educativa JM de Buenos Aires

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Navidad

25 de diciembre.Natividad del Señor

Isaías 52,7-10/

Sal 97,1.2-3ab.3cd-4.5-6/. Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios./

Hebreos 1,1-6/

Juan 1,1-18/

EN el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios.
Él estaba en el principio junto a Dios.
Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho.
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibió.
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio d él.
No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz.
El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo.
En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no lo conoció.
Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron.
Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre.
Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne,
ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios.
Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él y grita diciendo:
«Este es de quien dije: el que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo».
Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia.
Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos ha llegado por medio de Jesucristo.
A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

Comentario

Cómo la experiencia tan humana de ser padres, nos puede llevar a entender el deseo más profundo de Dios. Es el Hijo que impulsa a Dios a hacerlo  todo…a darlo todo… a ofrecerlo todo. Él es la Vida que lo ilumina todo para que podamos “mirar” lo que vemos.Jesús es la expresión más pura del Padre y es por Él que la salvación llegó a los hombres. Por Jesús somos todos  hermanos y es su amor el que nos hace ser luz para otros. Cómo Juan, nosotros queremos allanar el camino dejándonos llenar de ese amor tan puro…despejar  los miedos desde la confianza de sentirnos hijos amados…abrir bien los ojos para poder mirarlo y reconocerlo vivo, habitando entre nosotros.

Este tiempo de Navidad es una invitación a disfrutar del Dios que se hace niño, para que le perdamos el miedo; del Dios que no necesita nada más que un pequeño lugar para volver a nacer; del Dios que quiere iluminar nuestras oscuridades; del Dios que camina buscando acompañar nuestros pasos.

Él está hoy…aquí…y en cada hombre late su Corazón sediento de amor.

Te abrazo Dios en el niño del pesebre,

tu grandeza descansa confiada en los brazos de una madre.

Mueves tus manos pequeñas buscando caricias tiernas y yo te acaricio con el amor que brota de mi pobreza.

Y aquí estoy, mi Dios, contemplando tu rostro, que duerme tranquilo.

Adivino tus sueños…porque la paz que me regalas me habla de ellos.

Sueña niño…que tus deseos nos hacen más buenos,

Solo con mirarte me lleno de luz y alegría.

Sonríeme  niño…sonríeme Dios.

En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibió.

Cecilia Giménez Fitte. Comunidad educativa JM de Buenos Aires

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Navidad, Sin categoría

9 de enero. Feria de Navidad

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 4,11-18/

Sal 71,1-2.10-11.12-13/. Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierrra/

Marcos 6,45-52/

«En seguida, Jesús obligó a sus discípulos a que subieran a la barca y lo precedieran en la otra orilla, hacia Betsaida, mientras él despedía a la multitud. Una vez que los despidió, se retiró a la montaña para orar. Al caer la tarde, la barca estaba en medio del mar y él permanecía solo en tierra. Al ver que remaban muy penosamente, porque tenían viento en contra, cerca de la madrugada fue hacia ellos caminando sobre el mar, e hizo como si pasara de largo.Ellos, al verlo caminar sobre el mar, pensaron que era un fantasma y se pusieron a gritar, porque todos lo habían visto y estaban sobresaltados. Pero él les habló enseguida y les dijo: «Tranquilícense, soy yo; no teman». Luego subió a la barca con ellos y el viento se calmó. Así llegaron al colmo de su estupor, porque no habían comprendido el milagro de los panes y su mente estaba enceguecida.»

Comentario

Jesús sabe sobre los miedos de los apóstoles, quienes todavía no habían comprendido sus manifestaciones milagrosas, pero sí comprendían que su él era un referente en sus vidas en quien podían confiar. Estos al principio se muestran temerosos, pero Jesús los tranquiliza con su presencia y sus palabras. Así lo hizo Claudina con las niñas a quienes educó: su presencia era tranquilizadora, así como también lo eran sus gestos. Dos personas de distintas épocas, pero con el mismo objetivo: ayudar y reconfortar a los pobres de espíritu.

Hoy, en un mundo en el que muchas veces sentimos temor por lo que nos pasa y nos rodea, en el que a veces no comprendemos el porqué de mucho de lo que nos sucede, no debemos sentir miedo, sino que debemos profundizar nuestra fe en Dios. ¿De qué manera podemos hacerlo? Una de ellas es mirar a nuestros referentes, quienes siempre tienen una palabra de aliento; otra, es analizar sus gestos, aquellos que nos reconfortan y nos dan confianza. Por eso es importante que sigamos leyendo y releyendo los mensajes que Jesús nos regala diariamente en los evangelios porque él es la verdad, el camino y la vida.

Natalia Frate.Comunidad educativa JM de Buenos Aires

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Dios está con nosotros

Palabra Cotidiana JM - Ciclo B