Pentecostés

31 de mayo.Pentecostés

Hechos de los Apóstoles 2,1-11

Sal 103,1ab.24ac.29bc-30.31.34 /. Envía tu Espíritu, Señor,y repuebla la faz de la tierra

1 Corintios 12,3b-7.12-13

 Juan 20,19-23

«Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La paz esté con ustedes!».
Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor.
Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes»
Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió «Reciban al Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan».»

 

 

 

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Nacer del Espíritu es dejarse llevar por Alguien en quien confiamos plenamente, dejando que nos
transforme, nos aliente con fuerza y nos recree. Pero es sobre todo estar dispuestos a marchar con
Jesús adonde no pensábamos ir, mirar con Jesús donde antes desviábamos la mirada, acercarse y
abrazar con Jesús realidades y personas que antes rechazábamos.

Nos imaginamos a Santa Claudina enteramente entregada a la acción
del Espíritu, penetrada de un conocimiento íntimo de la bondad
operante de Cristo y conmovida por las miserias de su tiempo, tuvo un
solo deseo: comunicar este conocimiento; y una angustia: ver
abandonados a la desgracia a quienes viven en la ignorancia de Dios.
Descubrió el rostro de Dios como Bondad en contraste con la maldad
que prevalecía en su época. Ella vivió una experiencia espiritual muy
honda que la llevó a entender a Dios como Bondad en circunstancias de
ausencia de Bondad, este fue el principal don que recibió del Espíritu

 

  • En el siguiente enlace encontrarás una propuesta para rezar, meditar, celebrar y compartir juntos la Palabra de Dios del día de hoy. Un proyecto de la AFJM Arg. Uru. que nos invita  a“favorecer espacios para la experiencia y encuentro con Dios “ Preferencias JM

 

7 Espíritu Santo Ven – mayo 31 Pentecostés

Pentecostés

4 de Junio. Domingo de Pentecostés

 

Hechos de los Apóstoles 2,1-11/

Sal 103,1ab.24ac.29bc-30.31.34/
Envía tu Espíritu, Señor,
y repuebla la faz de la tierra

Corintios 12,3b-7.12-13/

Juan 20,19-23/

Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La paz esté con ustedes!». Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor.

Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes» Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió «Reciban al Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan».

Comentario

Casa de Pentecostés (Javier Albisu )

La casa de Pentecostés es casa de oración, donde se ora intensamente. A medida que ora el corazón se hace más dócil a la acción de Dios. Más se prepara para ser llevado por el viento del Espíritu…como un barrilete. Ser llevado por el viento del Espíritu no es ser llevado por cualquier viento.

Es ejercer responsablemente la propia libertad. Es ser fiel a lo que se siente como el llamado más auténtico y verdadero de uno mismo. Es confiar en Aquel que nos tiene de su mano, para ofrecerle con soltura nuestra vida y permitirle que nos lleve a corrientes de aire más altas, a un grado de santidad más alto. Esto es algo que el Señor lo va consiguiendo con nosotros, de a poco. Nos va confiando más a medida que nos ve crecer en confianza.

Quien quiere volar alto debe tener preparado un carrete u ovillo grande hilo…Si el crédito que le ofrecemos a Dios es cortito, poco podrá   elevar nuestra medida. Volaremos bajito. Si Dios tiene en sus manos el ovillo de nuestra vida, todo nuestro rollo, podrá hacernos levantar. Para que el barrilete se eleve necesita una estructura que lo sostenga (un par de maderas cruzadas); así también para que un corazón que ora se eleve, necesita la forma y consistencia de la propia cruz. Desde la propia cruz oraba Jesús y nos enseña a ser levantados en alto. El corazón que ora como el barrilete, aprende que el viento es una fuerza que bien puede servir para elevar como para hundir. Hay ciertos vientos que nos empujan supuestamente ”a favor” y no hacen sino hundirnos. Y es que no se levanta vuelo con viento a favor. Se levanta con viento en contra. Cuando vemos que la situación es adversa sentimos que no avanzamos, pero en realidad, lo importante es avanzar, lo necesario hasta elevarnos por encima de la situación.

Si hacemos frente al viento movidos por la gracia que nos sostiene, nos ponemos por encima. Si nos achicamos, atendiendo sólo a su intensidad, nos venimos abajo. ¿Cuántas veces nos hemos preguntado por qué el Señor nos hace avanzar viendo que todo se nos viene en contra? Y es como él conoce de vientos, sabe que es la oportunidad para hacer que el corazón se levante y tome altura. El ponernos a la altura de las situaciones lo consigue el Señor. Si bien el barrilete planea sostenido por el viento, no debe olvidar que tanto la altura como el tiempo de vuelo lo dosifica con sabiduría quien lo tiene de su mano.”El que se eleve será abajado y el que se abaje será elevado”. No debemos olvidar que si estamos por encima de muchas situaciones es por la mano del Señor que nos tiene aferrados.”

Extraído del libro: Cuando Jesús entra en casa, Paulinas Colección Betania, Buenos Aires (2007).

 

 

Pentecostés

15 de mayo. Domingo de Pentecostés

Hech 2, 1-11 

Sal 103,1ab-24ac29b31.34- /

1Cor 123b-7.12-13/

Jn 20, 19-23/

Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La paz esté con ustedes!». Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor. Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes» Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió «Reciban al Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan».

 

Comentario:

Celebramos este domingo la Fiesta del Espíritu Santo, el gran Don del Resucitado para sus amigos, para la Iglesia, para todo hombre y mujer de buena voluntad.

Como sucedió desde el amanecer del día de Pascua, Jesús Resucitado se empeña en ir a buscar a sus amigos allí donde cada uno está, y como está, para “ejercer el oficio de consolar”, dirá San Ignacio: llama por su nombre la Magdalena, atiende y acompaña la desilusión de los amigos de Emaús, sana la traición de Pedro con la invitación a confesar el amor por tres veces…  En el Evangelio de hoy se hace presente en medio de un grupo encerrado por miedo, con las puertas cerradas.  Su presencia es paz, es aliento vivificador, ánimo, Espíritu que fortalece, llena de alegría y devuelve la confianza.

Este Espíritu es el que nos hace capaces de ser “misericordiosos como el Padre”, acercándonos con compasión y ternura a los dolores de nuestro mundo.  Él puede hacer que nuestros criterios, a veces mezquinos, chiquitos, puedan transformarse según el estilo de Jesús.

Ven Espíritu Santo!  Ven y danos tu luz, tu paz, tu alegría!  Ven, y hacé de nosotros testigos de compasión y de esperanza!

Carina Furlotti _Comunidad educativa JM de Montevideo

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Pentecostés

24 de mayo.Domingo de Pentecostés

 

Hechos de los Apóstoles 2,1-11/

Sal 103,1ab.24ac.29bc-30.31.34/. Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra

1 Corintios 12,3b-7.12-13/

Juan 20,19-23

Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La paz esté con ustedes!».

Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor.

Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes»

Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió «Reciban al Espíritu Santo.

Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan».

Comentario

La Buena Noticia de la Pascua alcanza su plena manifestación con el don del Resucitado: su Espíritu.  Buena Noticia que abre nuestras puertas cerradas, vence nuestros miedos, pacifica nuestros corazones en zozobra, para regalarnos paz y perdón.

Este Espíritu nos envía más allá de nuestras fronteras –geográficas, ideológicas, afectivas,…- , a multiplicar gestos que sanen, perdonen, reconcilien.

 

“Ven, Espíritu Divino, manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, divina luz y enriquécenos.»

 

Carina Furlotti.Comunidad educativa de Montevideo

Pentecostés

8 de junio. Domingo de Pentecostés

Hechos de los Apóstoles 2,1-11/

Sal 103,1ab.24ac.29bc-30.31.34/
Envía tu Espíritu, Señor,
y repuebla la faz de la tierra

Corintios 12,3b-7.12-13/

Juan 20,19-23/

Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La paz esté con ustedes!». Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor.

Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes» Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió «Reciban al Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan».

Comentario

La lectura me deja analizar humildemente varias situaciones:

Los discípulos  cerraban la puerta  por temor, este episodio nos demuestra que: El temor paraliza a las personas y las detiene frente a cualquier situación que haya que enfrentarse,  es un límite que nos ponemos y que nos impide avanzar frente a la vida, Jesús traspasa esa frontera y  les  da la Paz; esa Paz que es necesaria sentir dentro  de nosotros para saber qué es lo correcto  y cómo debemos actuar, sabiendo que, siempre hay un mensaje esperanzador para cualquier situación. Por otra parte les otorga el don  de perdonar que es: a mi manera de ver,  uno de los hechos más generosos que puede otorgar un ser humano a otro, nos despoja de toda mezquindad, nos eleva, nos renueva y nos ayuda a soltar todo aquello que nos detiene para sentirnos plenos.

Los invito entonces  a poner en práctica, junto conmigo,  el despojarnos de los miedos y aprender a perdonar y perdonarnos  para lograr una comunidad renovada en Paz y con alegría de vivir.

Laura Mansilla, Comunidad Educativa de Córdoba

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Dios está con nosotros

Palabra Cotidiana JM - Ciclo B