Pentecostés

8 de junio. Domingo de Pentecostés

Hechos de los Apóstoles 2,1-11/

Sal 103,1ab.24ac.29bc-30.31.34/
Envía tu Espíritu, Señor,
y repuebla la faz de la tierra

Corintios 12,3b-7.12-13/

Juan 20,19-23/

Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La paz esté con ustedes!». Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor.

Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes» Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió «Reciban al Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan».

Comentario

La lectura me deja analizar humildemente varias situaciones:

Los discípulos  cerraban la puerta  por temor, este episodio nos demuestra que: El temor paraliza a las personas y las detiene frente a cualquier situación que haya que enfrentarse,  es un límite que nos ponemos y que nos impide avanzar frente a la vida, Jesús traspasa esa frontera y  les  da la Paz; esa Paz que es necesaria sentir dentro  de nosotros para saber qué es lo correcto  y cómo debemos actuar, sabiendo que, siempre hay un mensaje esperanzador para cualquier situación. Por otra parte les otorga el don  de perdonar que es: a mi manera de ver,  uno de los hechos más generosos que puede otorgar un ser humano a otro, nos despoja de toda mezquindad, nos eleva, nos renueva y nos ayuda a soltar todo aquello que nos detiene para sentirnos plenos.

Los invito entonces  a poner en práctica, junto conmigo,  el despojarnos de los miedos y aprender a perdonar y perdonarnos  para lograr una comunidad renovada en Paz y con alegría de vivir.

Laura Mansilla, Comunidad Educativa de Córdoba

pentecoste

Deja un comentario