Cuaresma

21 de marzo. Domingo 5º de Cuaresma –

Primera lectura

Lectura del profeta Jeremías (31,31-34):
Meteré mi ley en su pecho, la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.

Salmo

Sal 50  R/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro

Segunda lectura

Lectura de la carta a los Hebreos (5,7-9):

«Y, aunque era Hijo de Dios, aprendió por medio de sus propios sufrimientos qué significa obedecer. 9.De este modo, él alcanzó la perfección y llegó a ser causa de salvación eterna para todos los que le obedecen,»

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (12,20-33):

Entre los que había subido para adorar durante la fiesta, había unos griegos. que se acercaron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le dijeron: «Señor, queremos ver a Jesús». Felipe fue a decírselo a Andrés, y ambos se lo dijeron a Jesús. El les respondió: «Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado. Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. El que tiene apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna. El que quiera servirme que me siga, y donde yo esté, estará también mi servidor. El que quiera servirme, será honrado por mi Padre. Mi alma ahora está turbada, ¿Y qué diré: «Padre, líbrame de esta hora? ¡Sí, para eso he llegado a esta hora! ¡Padre, glorifica tu Nombre!». Entonces se oyó una voz del cielo: «Ya lo he glorificado y lo volveré a glorificar». La multitud que estaba presente y oyó estas palabras, pensaba que era un trueno. Otros decían: «Le ha hablado un ángel». Jesús respondió: «Esta voz no se oyó por mí, sino por ustedes. Ahora ha llegado el juicio de este mundo, ahora el Príncipe de este mundo será arrojado afuera; y cuando yo sea levantado en alto sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí». Jesús decía esto para indicar cómo iba a morir.

Palabra del Señor

COMENTARIO

 

“La exclamación de Jesús ha llegado la hora está en tiempo prefecto, lo que da a entender que la hora ha llegado…y, continúa vigente, siempre llegando. Cruz, muerte, resurrección, glorificación, salvación universal, inauguración definitiva del reinado de Dios en Cristo, todo coincide en Juan en un mismo suceso, en un mismo momento fundacional que él denomina la hora de Jesús. Ese es el momento en que toda la humanidad y toda la historia quedan referidas a ese acontecimiento central y definitivo. La imagen del grano de trigo apunta también a la metáfora de esa hora paradójica.

La hora de Jesús es también una llamada a decidir. Nuestra hora es ahora. Desde el momento en que Jesús entregó su vida por nosotros, fue crucificado y resucitado, ese momento se transforma en una decisión terrena, una llamada a la entrega constante e irrevocable.

La hora de Jesús es nuestra hora. Jesús lanza una llamada a vivir con la mirada puesta en su cruz y en su resurrección. No hay una sin la otra. No hay amor sin entrega. No hay fe sin servicio. No hay vida sin abandono. No hay fecundidad sin entrega.

Jesús está levantado para siempre delante de nosotros, atrayéndonos a todos, llamándonos a todos a escuchar su Palabra, dejarnos iluminar por su luz, creer en él y seguirlo para estar siempre con él, en el amor del Padre.

¿Vivo mi relación con Jesús desde esta permanente actualidad y vigencia?”

Gonzalo Zarazaga, SJ. Meditaciones con el evangelio de Juan.Cap.21. Ed San Pablo

 

Nos dice María Campillo RJM en su ponencia del Simposio JM 2018 en Lyon ,Claudina, “Hablando con el Crucificado, como un amigo, se preguntaría: “¿qué debo hacer por Cristo…? Ante su llamada pudo brotar: “no queriendo vivir sino para Ti”, contigo y como Tú. Respuesta que le llevaría a “salir de su propio amor, querer e interés”  decidida a optar por la Vida para que otros puedan vivir, y a buscar cómo seguirle para servirle en los pobres y responder a las necesidades del entorno. Inicia su camino apostólico que Dios le irá revelando poco a poco y ella lo irá secundando.”

 

 

Navidad

27 de diciembre.La Sagrada Familia

Lectura del libro del Eclesiástico 3,2-6.12-14

Salmo 127 R/. Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3,12-21

Como elegidos de Dios, santos y amados, revestíos de compasión entrañable, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia.

Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 2,22-40

«Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor. (De acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo primogénito varón será consagrado al Señor»), y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones». Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre honrado y piadoso, que aguardaba el Consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.
Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.»
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: «Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma.»
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba.»

Palabra del Señor

Comentario

«El Evangelio de Lucas de este domingo nos muestra cuatro figuras en torno al Niño, que por primera vez llega al Templo de Jerusalén. María y José cumplen las prescripciones legales con el don de los pobres, los dos pichones de paloma. Quien es así  “rescatado” es el primogénito del joven matrimonio, pero es el Unigénito del Padre, que siendo grande y rico se hizo pequeño y pobre, se hizo uno de nosotros porque, decía el Papa Francisco, “Dios se complace en nuestra pequeñez”.

En Simeón se manifiesta la esperanza de Israel, “pueblo que caminaba en tinieblas ha visto una gran luz”, en él hay un anticipo de Pentecostés, está lleno del Espíritu Santo y por eso puede reconocer al Mesías que ha llegado, “la gracia de Dios que se ha manifestado”. Por eso ya puede partir en paz, sus ojos han visto la salvación, a Cristo, “la luz de las gentes” (“Lumen Gentium” son justamente las dos palabras iniciales del más importante texto del Vaticano II). En cada rezo de Completas la Iglesia repite sus palabras, que anticipan la de cada uno de nosotros cuando llegue el tiempo de partir de la mano de Jesús, María y José.

Es el Espíritu el que permite a Simeón hacer la primera profecía de la Pasión: anuncia el dolor de María, la espada que atravesará el corazón de la Madre “junto a la cruz”. Ana, con sus ochenta y cuatro años, desborda de alegría, seguramente escuchó a Simeón y salió a compartir, a anunciar, la gran noticia. Ni José ni María dicen palabra alguna pero están admirados de lo que decían de su niño. Como ellos, no perdamos la capacidad de admirarnos de las maravillas de Dios cada día, en cada misa, en cada misión, en la vida de familia y del trabajo, en la pobreza o en la enfermedad, ante la naturaleza, ante cada ser humano, ante cada caricia de Dios. Como Simeón, sepamos esperar, discernir, responder al Espíritu Santo para proclamar al Salvador, como Ana salgamos con alegría a comunicarlo y transmitirlo entre la gente que, como entonces, llega apurada y cansada, desilusionada quizás. Simeón y Ana tendrían que estar en nuestras propios templos y comunidades donde a menudo no somos capaces de salir a encuentro, reconocer y acoger.

En esta fiesta en pleno Tiempo de Navidad, como familias y como comunidades religiosas, vayamos a Nazaret, el hogar de José, María y Jesús. El Beato Pablo VI decía en su viaje de 1964, “Nazaret es la escuela de iniciación para comprender la vida de Jesús. La escuela del Evangelio. Aquí se aprende observar, a escuchar, a meditar, a penetrar en el sentido, tan profundo y misterioso, de aquella simplísima, humildísima, bellísima  manifestación del Hijo de Dios…Oh, y cómo querríamos ser otra vez niños y volver a esta humilde, sublime escuela de Nazaret!”. En la casa de José, el Carpintero, seamos niños con el Niño, crezcamos con él, y como María, guardemos en el corazón tantas enseñanzas, que desborden en el anuncio del amor de Dios-con-nosotros.»

Reflexión realizada por Norberto Padilla para  este blog ,el  28 de diciembre de 2014.

Claudina en su infancia conoció al Dios Padre bueno, Dios en lo cotidiano,  miraba el mundo con el corazón de Jesús. En su adolescencia, con el corazón roto, queriendo perdonar y no poder ADORA Y CONFIA. Pasaría ratos contemplando a María, la Madre y a Jesús , el amigo, con sus corazones traspasados por amor, además de consolarle, le cambiarían la mirada poco a poco… Hay que enseñarles, hay que educarles, darles amor, para que los niños puedan crecer en sabiduría y en gracia.

¿Cómo educamos y para qué?

 

 

 

Equipo, AFJM AU

Adviento

6 de Diciembre. Domingo 2º de Adviento –

«Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos»

Lectura del libro de Isaías     40, 1-5. 9-11

SALMO     84, 9ab. 10-14    Muéstranos, Señor, tu misericordia.

2 Pedro     3, 8-14

San Marcos 1,1-8

 

«Comienzo de la Buena Noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios. Como está escrito en el libro del profeta Isaías:      «Mira, yo envío a mi mensajero delante de ti para prepararte el camino. Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos,»

Así se presentó Juan el Bautista en el desierto, proclamando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. Toda la gente de Judea y todos los habitantes de Jerusalén acudían a él, y se hacían bautizar en las aguas del Jordán, confesando sus pecados.

Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. Y predicaba, diciendo: «Detrás de mí vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo.»

                                                                                                                          Palabra del Señor.

Comentario

«Otra vez llega el Adviento, y con él la invitación para seguir dejando espacio a Dios en nuestras vidas. Una oportunidad para escuchar de nuevo su promesa. Promesa de nueva vida, de un nuevo aliento. Uno puede acoger este tiempo desde la rutina (un año más, ahora toca repetir las palabras, el ‘Ven, Señor’, la espera…); o hacerlo abriéndose a la sorpresa. ¿Qué nos traerá como llamada, como posibilidad, como grito para despertarnos? ¡Abramos el corazón a lo nuevo!

“Preparen el camino del Señor, allanen los senderos”

Él viene, viene, viene siempre… aunque no sepamos cómo ni cuándo. Viene siempre porque ya está ahí. A pesar de mis contradicciones y desganas. Muchas veces no tenemos más que pararnos a escuchar nuestro propio eco, nuestros deseos más profundos o la voz de quien está a nuestro lado. Y mientras esta espera no sea vacía será un tiempo para avanzar en algún sentido, para definir aspectos importantes de mi vida, para ir regalando…

“…mientras esperan esto, procuren vivir de tal manera que él los encuentre en paz, sin mancha ni reproche…”.

En este tiempo de encierro, tan difícil e incierto que nos toca vivir, hoy más que nunca, esperamos tu venida!»

«Inmerso en este gran misterio de tu venida y desde el silencio

que me permite escucharte, acompañarte; ayúdame, Señor,

a reconocerte “Dios de las pequeñas cosas”, a conocerte mejor,

a descubrir tu palabra, tu corazón; a amarte en la sencillez,

en los diminutos rumores de la vida, de las gentes;

a seguirte con pasos cortos pero arriesgados

a veces, a veces solo, a veces con otros,

pero siempre cerca, muy cerca de ti.»

 

 

Como Claudina, sigamos caminando hoy, más que nunca

con confianza y esperanza, dejando espacio a

Dios que viene y está   siempre.

«Santa Claudina Thévenet inició esta obra apostólica sobre lo pequeño, sobre la pobreza. En estos 200 años se ha extendido fecundamente por todo el mundo, hasta estar presente hoy en 28 países, 4 continentes. Esta historia nos habla de un caminar sin descanso. Siempre en camino, como María en la Visitación, atenta a las necesidades. Caminando de prisa, pero no ansiosa. Siempre en camino, con alegría y esperanza, para poder comunicar a todos la bondad y el amor de Dios.» 5/10/19 :Papa Francisco a las RJM con motivo del 37 Cap.General.

 

AFJM-Familias y adultos misioneros de Buenos Aires.

Tiempo ordinario

27 de septiembre. Domingo 26º del Tiempo Ordinario





“Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús”

Primera lectura

Lectura de la profecía de Ezequiel (18,25-28): “Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá.»

Salmo :Sal 24,4bc-5.6-7.8-9
Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador,
y todo el día te estoy esperando. 

Segunda lectura

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (2,1-11):

“Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús”

Evangelio. Mt 21, 28-32

«¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos y, dirigiéndose al primero, le dijo: «Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña”. Él respondió: «No quiero». Pero después se arrepintió y fue. Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y este le respondió: «Voy, Señor», pero no fue. ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre?». «El primero», le respondieron. Jesús les dijo: «Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios. En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él.

                                                                                Palabra de Dios 

Comentario

Jesús nos presenta una imagen de Dios como Padre Bueno, la Fe nos sana porque nos dispone al encuentro con un Dios que no juzga sino que abraza y acoge.

La lectura nos interpela con una invitación a vivir de forma coherente. Desechando la hipocresía de quienes obran contrariamente a lo que predican. De quienes juzgan duramente a los demás. Intentemos vivir descubriendo fortaleza en nuestras propias debilidades. El Señor nos mira con infinita ternura y nos ayuda a reconciliarnos con nuestros propios límites para » seguir en camino» pero nos pide humildad y delicadeza en nuestro obrar. En este tiempo especial que transitamos tratemos de reconsiderar nuestros vínculos, con cercanía y sencillez. A veces no son nuestras heridas las que debemos restaurar sino las secuelas de cuando nosotros herimos a los demás sin darnos cuenta. 

Señor, enséñame a encontrarte en todo aquello que me cruzo en mi peregrinar hacia ti !

 Claudina , sólo el perdón puede restaurar al ser humano.

En Claudina la bondad operante de Dios le permite actuar y llegar a transformar la realidad, una vida plena que se deja conmover por las miserias de su tiempo.

Su experiencia de la Bondad de ese Dios cercana es una invitación al perdón y a la reconciliación. 

Ella nos enseña que encuentra la Presencia en las presencias de su entorno, percibiendo en cada una de la niñas huérfanas la cercanía del Señor.

Intuye profundamente que para restaurar al ser humano hay que partir del perdón. Esas mismas niñas le permitieron descubrir lo más indefenso y vulnerable de la sociedad. Provenían de experiencias de miseria, dolor y abandono. Es por ello que las instaba a permanecer en la  esperanza , que resulta del encuentro con el Dios de la bondad.

» Yo os he elegido para que vayáis y deis fruto …»

                                                                 AFJM, Buenos Aires,  “Claudina”


Acercarte,
salvando el abismo
entre el infinito y lo limitado.
Salir de la eternidad
para adentrarte en el tiempo.
Hacerte uno de los nuestros
para hacernos uno contigo.
Y así, de carne y hueso,
empezar a mostrarnos
en qué consiste la humanidad.
Eres el Dios de la cercanía,
de los incluidos,
de los encontrados,
pues para ti nadie se pierde
de los reconciliados,
de los equivocados,
de los avergonzados,
de los heridos,
de los sanados.
Eres el Señor de los desahuciados,
de los agobiados,
de los visitados,
de los intimidados,
de los amenazados,
de los desconsolados,
de los recordados,
pues para ti nadie se olvida.
Tan cerca ya, tan con nosotros, Dios.

[José María R. Olaizola sj]

Tiempo ordinario

23 de Agosto. Domingo 21º del Tiempo Ordinario –

¿Quién dice la gente que soy?

Lectura del libro de Isaías (22,19-23): : “Lo que él abra nadie lo cerrará, lo que él cierre nadie lo abrirá. Lo hincaré como un clavo en sitio firme, dará un trono glorioso a la casa paterna.»
Salmo

Sal 137,1-2a.2bc-3.6.8bc R/. Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (11,33-36):
¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios!

Evangelio

Lectura del Santo Evangelio según san Mateo (16,13-20):
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»
Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.»
Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.

Palabra del Señor

Comentario

Es bueno poder detenernos a contemplar este Evangelio desde lo que Jesús fue haciendo a su paso por los diferentes lugares que ha caminado y compartido con la gente; ese Maestro que consolaba, escuchaba, enseñaba, acompañaba. Y cuántos seguidores fue sembrando a su paso, unos hambrientos del pan material, otros hambrientos de diversas necesidades y dolencias.

Llega el momento en que Jesús debe hacer un pequeño balance, o podemos decir desde nuestra experiencia ignaciana, un “examen» de la vivencia con la gente.

Y ahí surgen los comentarios de los discípulos de lo que ellos van observando de sus seguidores en cuanto a palabras y obras. No se trata de una encuesta de opiniones; a Jesús le importa del encuentro que hayan tenido con Él y puedan asumir los valores del Reino.

Allí descubre Jesús que no todos tenían la misma intención o experiencia de los hechos y palabras. Sin embargo, Él cuenta con este grupo de amigos a quiénes fue instruyendo y preparando  para cuando llegara “la hora», momento de esta pregunta: “¿ Y ustedes, quién dicen que soy yo?”.

Esta misma pregunta podemos hacer resonar en nuestro interior y responder con nuestra propia vida. Es una pregunta comprometedora, brotada del amor sincero que Jesús tiene por nosotros.

¿Y quién es Jesús para mí?¿quién decís que soy?

Dialogamos con sinceridad y confianza poniendo delante de Él nuestros criterios, prioridades, en qué ocupamos nuestro tiempo. Animémonosa responder quién es Jesús para cada uno.

¿Realmente vivimos lo que decimos creer?

¿Se puede ver en nuestro actuar la relación personal que tenemos con Él?¿Le damos tiempo, lo tomamos en serio?

¿Cuál es la piedra fundamental que nos sostiene?

¿Cómo nos comprometemos con el proyecto que descubrimos para nuestra vida?

Esas experiencias personales y espirituales también la podemos encontrar en Claudina que, creyó en un Dios todo bondad y se confió en su amor y fortaleza para lanzarse a “una empresa loca y presuntuosa».

La fe que ella tuvo como regalo de Dios, fue su alimento para llevar adelante el proyecto y la voluntad de Dios; se dejó llevar por el Espíritu  abandonándose totalmente en los brazos del Dios Bueno, Dios Amor.

Su experiencia de Dios y su amor por los más pobres, y los que nacen y mueren sin conocer a Dios, nos tiene que animar e impulsar a darnos y entregarnos en lo cotidiano, trabajando confiadamente en la construcción del Reino.

AFJM, Corrientes

Tiempo ordinario

16 de Agosto. Domingo 20º del Tiempo Ordinario

«Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas.»

Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (56,1.6-7):” Porque mi casa es casa de oración, y así la llamarán todos los pueblos.”

Salmo :Sal 66,2-3.5.6.8  Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben

Segunda Lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (11,13-15.29-32):“Dios nos encerró a todos en la rebeldía para tener misericordia de todos”.


Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (15,21-28):

En aquel tiempo, Jesús se marchó y se retiró al país de Tiro y Sidón.
Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: «Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo.» Él no le respondió nada.
Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: «Atiéndela, que viene detrás gritando.»
Él les contestó: «Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel.»
Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió: «Señor, socórreme.»
Él le contestó: «No está bien echar a los perros el pan de los hijos.»
Pero ella repuso: «Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos.»
Jesús le respondió: «Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas.»
En aquel momento quedó curada su hija.

                                                                                                Palabra del Señor

Comentario:

Jesús nos da una gran lección de fe, a través de una mujer cananea, que se acerca a pedir la curación de su hija. Jesús, le dice, que El, sólo fue enviado, a las ovejas extraviadas de Israel y ante la insistencia de la mujer, responde, que no está bien tomar el pan de los hijos, para dárselo a los perros. La fe de la mujer, y el amor por su hija, le dan el coraje para “corregir” a Jesús. Diciéndole, que hasta los perros, comen las migajas que caen de la mesa de sus amos. Jesús prueba la fe de esta mujer, y esa fe, es recompensada.

Claudina, experimentó esa valentía que da la fe, desde su “noche más terrible “, en Pierres Planteés, donde a pesar de las peores perspectivas, permaneció fiel, hasta la confianza plena en la providencia, cuando todo parecía ser más difícil.  

¿Soy consiente, en mi vida cotidiana, de esta valentía que da la fe? ¿De qué me hace ser capaz, mi confianza en Dios?

“Cerca”

María de Cana adelantó su tiempo,

hasta la alegría amenazada de una fiesta de bodas.

La Cananea , en Tiro, ensanchó su espacio,

hasta el dolor extraño de una hija sin sosiego.

¡Dios de la vida, nuestra alegría y nuestro dolor,

son el metro y el calendario de tu corazón!

Benjamín González Buelta, sj

 

                                                                      AFJM, Pablo Nogués, Buenos Aires, Argentina

Les compartimos la siguiente canción, para ayudar en la oración.

Tiempo ordinario

2 de Agosto. Domingo 18º del Tiempo Ordinario –

 

Isaías 55,1-3

Sal 144 R/. Abres tú la mano, Señor, y nos sacias de favores

Romanos 8,35.37-39

Lectura del santo evangelio según san Mateo 14,13-21

«En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan, el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: «Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer.»
Jesús les replicó: «No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer.»
Ellos le replicaron: «Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces.»
Les dijo: «Traédmelos.»
Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.»

                                                                                                                   Palabra del Señor

COMENTARIO

Todo en la liturgia de este domingo clama y anuncia la bondad de Dios. Del Dios bueno de Claudina, atento a lo cotidiano, a lo humano pero también a lo eterno. Que nos promete abundancia, que está dispuesto a hacer una alianza con nosotros, justamente en estos momentos de dolor, de incertidumbre de angustia porque nos asegura que nada podrá apartarnos de su Amor, manifestado en Su Hijo.

El Evangelio nos muestra a un Jesús que sufre la injusta y cruel muerte de un ser querido, pero no por eso se encierra en su dolor, sino que se conmueve de nosotros: nos cura, nos atiende y nos da de comer. Santa Claudina sigue este ejemplo del Maestro y lo lleva a su vida de dar y darse a los demás, atenta y confiada en el Amor de Dios.

Pidámosle a Dios la gracia de permanecer en su Amor, de sabernos y sentirnos siempre amados, aún en tiempos difíciles y la fuerza para poder poner nuestros cinco panes y dos peces a su disposición para que Él, haga el milagro.

                                                             AFJM –  Talcahuano, Buenos Aires

Tiempo ordinario

26 de julio .Domingo 17º del Tiempo Ordinario

 

Lectura del primer libro de los Reyes 3,5.7-12

Salmo 118,57.72.76-77.127-128.129-130 /. ¡Cuánto amo tu voluntad, Señor!

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8,28-30

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13,44-52

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra. El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Entendéis bien todo esto?»
Ellos le contestaron: «Sí.»
Él les dijo: «Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo.»   Palabra del Señor

COMENTARIO

Al igual que el domingo pasado, Jesús nos vuelve a hablar a través de parábolas. Podemos encontrar una frase que une a las tres: “La mejor opción”. En la primera, aquél que encuentra el tesoro, vende todo lo que tiene para comprar el campo entero. En la segunda, el comerciante también vende todo lo que tiene para comprar esa perla fina de gran valor que había encontrado. En la tercera separan en cestos los peces buenos de los malos. En cada ocasión el desprendimiento es una ganancia y sin dudas que para nosotros la mejor opción es obrar según el plan de Dios para cada uno.

Podemos preguntarnos: ¿Cuáles son mis opciones hoy en día? ¿Busco realmente desprenderme de cosas, situaciones, afectos, para lograr una ganancia? ¿Obro según el plan de Dios para mi vida?

Al finalizar el relato Jesús nos pregunta, ¿entienden bien todo esto? No solo basta con escuchar sino que es necesario entender su mensaje.

Claudina, supo escuchar y entender el mensaje que el Señor le daba a cada momento. Cuando dejó su casa materna en la noche de Pierre Plantées, cuando tuvo que desprenderse de la Providencia para buscar la mejor opción en La Angélica confiada en que ese era el plan de Dios, aun cuando decía: «Me parecía, haberme comprometido en una empresa loca y presuntuosa, que no tenía ninguna garantía de éxito, que, al contrario, todo hacía pensar que acabaría en la nada ».

Julio, es para nuestra provincia Argentino-Uruguaya, un mes misionero. Es la experiencia de desprendimiento de nuestras comodidades para compartir con otros el deseo de hacer conocer y amar a Jesús y a María en lo simple y cotidiano.

Pidamos a Jesús que nos dé la sabiduría para entender cuál es el plan de Dios para cada uno de nosotros y poder obrar en consecuencia.

Para terminar te invitamos a rezar esta oración extraída del Salmo de Claudina:

“…Y recuérdanos que los castillos no se construyen en un día… Que vivir implica paciencia, que las cosas maduran con el tiempo, que no podemos ir más deprisa que la gracia porque sólo Dios sabe lo que nos conviene. Danos la confianza en que Dios proveerá y seguirá llevando su obra adelante. Que podamos decir cada día contigo: Qué bueno es Dios.”

AFJM

Florencio Varela, Buenos Aires

 

 

 

 

Tiempo ordinario

28 de junio. Domingo 13º del Tiempo Ordinario

Reyes 4,8-11.14-16a

Sal 88,2-3.16-17.18-19 R/. Cantaré eternamente las misericordias del Señor

Romanos 6,3-4.8-11

Mateo 10,37-42

El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí. El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí. El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará. El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe, recibe a aquel que me envió. El que recibe a un profeta por ser profeta, tendrá la recompensa de un profeta; y el que recibe a un justo, tendrá la recompensa de un justo. Les aseguro que cualquiera que dé a beber, aunque sólo sea un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños por ser mi discípulo, no quedará sin recompensa».Palabra del Señor

 

Seguir a Jesús, el Cristo. (“Fijos los ojos en Jesús” José Antonio Pagola)

Jesús puso en marcha un movimiento profético de seguidores y seguidoras a los que confió la tarea de anunciar y promover el proyecto del Reino de Dios. De ahí arranca la Iglesia de Jesús. Por eso nada hay tan decisivo para reavivar la fe cristiana como despertar la decisión de vivir como seguidores suyos. El gran riesgo de los cristianos ha sido siempre pretender serlo sin seguirá Jesús. De hecho, en nuestra comunidades hay cristianos buenos que viven su religión sin haber tomado nunca la decisión de vivir siguiendo a Jesús.

Sin embargo el criterio primero y la clave decisiva para entender y vivir la fe cristiana es seguir a Jesucristo. Quien lo sigue  va descubriendo el misterio que se encierra en él, se coloca en la perspectiva correcta para entender su mensaje y va aprendiendo a trabajar hoy desde su Iglesia al servicio del Reino de Dios. Seguir a Jesucristo constituye el núcleo, el eje y la fuerza que permite a una comunidad cristiana desplegar su fe en Jesucristo.

Por eso seguir a Jesús es la opción primera que ha de hacer un cristiano. Esta decisión lo cambia todo. Es comenzar a vivir de manera nueva la adhesión a Jesús y la pertenencia a la Iglesia. Encontrar, por fin, el camino , la verdad, el sentido, la razón de vivir diario. Poder vivir dando contenido concreto a nuestra fe, pues seguir a Jesús es creer en lo que Él creyó ,dar importancia a lo que se la daba él, interesarnos por lo que él se interesó, defender la causa que él defendió, mirar a las personas como las miraba él,  acercarnos a los que sufren como él se acercaba ,sufrir por lo que él sufrió, confiar en el Padre como confiaba él, enfrentarnos  la vida y a la muerte con la esperanza con la que él se enfrentó.

Dinámica del seguimiento de Jesús

Lo decisivo para seguir a Jesús es  escuchar su llamada. Los relatos evangélicos lo dejan muy claro. Nadie se pone en marcha tras los pasos de Jesús siguiendo su propia intuición o sus deseos de vivir un ideal. Es Jesús quien toma siempre la iniciativa. El seguimiento comienza cuando alguien se siente llamado personalmente por él y acoge su llamada. Por eso, la fe cristiana no consiste primordialmente en creer algo, sino en creerle a Alguien por quien nos sentimos atraídos y llamados :”Ven y sígueme”.

Este encuentro personal es absolutamente necesario para hacer la experiencia cristiana, en estos tiempos en los que las ideologías, los sistemas y as doctrinas están en crisis. Cuando falta esta adhesión personal viva, interiorizada cuidada y reafirmada continuamente en el propio corazón y en la comunidad creyente, la fe corre riesgo de empobrecerse, reduciéndose aceptación doctrinal, practica de obligaciones religiosas y obediencia a una disciplina. Es muy fácil entonces” ideologizar” la fe, subordinando inconscientemente la fuerza de la religión a estrategias políticas de derechas o de izquierdas.

 

______________________________________________________________________________________________________________

Santa Claudina lo dejó todo…

“Hay que formar una comunidad. Dios te ha elegido… responde a su llamada”. Estas palabras del Padre Coindre a Claudina el 31 de julio de 1818 y el valiente “SÍ” de su respuesta, fueron el origen de Jesús-María.

Hoy después de 200 años queremos escuchar a Jesús, queremos enamorarnos de su Voz como lo hizo Santa Claudina. Ella “dejo” todo por ese seguimiento, que en el fondo no fue otra cosa que “ganarlo” todo.

Dejar a tu padre y a tu madre, es dejar a Jesús ordenar tu vida, dejar que Él ocupe el centro ,como lo hizo Claudina. Hoy queremos como ella  estar abiertos a esta invitación de Jesús a seguirlo, desde nuestra realidad, desde nuestra cotidianeidad. Como familia estamos llamados a una misma misión, legado de nuestra Madre Fundadora : Hacer conocer y a amar a Jesús y a María.

Cecilia Giménez Fitte

Afjm ARG URU


_____________________________________________________________________________________________________________

Tiempo ordinario

21 de junio. Domingo 12 durante el año.

View this post on Instagram

💞 ORACIÓN DE SANACIÓN . Menciona, etiqueta y comparte esta hermosa oración de sanación 👇 . Señor, al sentir tu presencia te doy gracias porque escuchas mis oraciones y me acompañas en mis momentos de dificultad. Eres el amigo que no falla. . Quiero que hoy vengas con poder a mi vida y alimentes mi corazón con el fuego de tu amor y así tener un espíritu dispuesto al dar lo que me has dado. . Tú me has llamado a amar no a condenar; a la verdad no a la falsedad ni la ofensa; y por sobre todo me has llamado a la compasión y al Perdón. . Que mi corazón se llene de Ti, que sea lento para juzgar, que sea imagen de tu bondad, porque con la vara que mida, la usarás para medirme a mí. . Tú conoces lo que hay en mi interior. Quiero ser compasivo, deja caer toda tu fuerza y protección sobre mí para no enredarme en conductas altaneras. . Que mis pasos sigan los tuyos. Que tu gracia me fortalezca para no caer en la astucia del enemigo malo. Que tu amor ponga un sano equilibrio a mi vida. . Que mi boca y mi lengua siempre proclamen tus alabanzas en vez de dejarse llevar por los malos impulsos de juicio y condenación sobre los otros. . Dame la capacidad de orientar mi vida según tu sabiduría y dame la suficiente humildad para caminar según tu voluntad. Amén . 📍@PildorasdeFe Lunes, 9 de Marzo de 2020📍 ▫ @elartereligioso #DiálogoconJesús #Oraciones #OracióndeSanación #Sanación #PildorasdeSabiduria #PapaFrancisco #amordeDios #motivación #TemadelDía #PadrePio #EspírituSanto #picoftheday #teamojesus #jesusitrustinyou #heisrisen #picoftheday #catholicchurch #God #Dios #cielo #holiness #iloveyoujesus

A post shared by El Arte Religioso (@elartereligioso) on

Jeremías 20,10-13 

Sal 68,8-10.14.17.33-35 R/. Que me escuche tu gran bondad, Señor 

Romanos 5,12-15

Mateo 10,26-33

 «No les teman. No hay nada oculto que no deba ser revelado, y nada secreto que no deba ser conocido. Lo que yo les digo en la oscuridad, repítanlo en pleno día; y lo que escuchen al oído, proclámenlo desde lo alto de las casas. No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien a aquel que puede arrojar el alma y el cuerpo a la Gehena. ¿Acaso no se vende un par de pájaros por unas monedas? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae en tierra, sin el consentimiento del Padre que está en el cielo.  Ustedes tienen contados todos sus cabellos. No teman entonces, porque valen más que muchos pájaros. Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo los reconoceré ante mi Padre que está en el cielo. Pero yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo de aquel que reniegue de mí ante los hombres.»

Palabra del Señor

SEGUIR A JESÚS SIN MIEDO

El recuerdo de la ejecución de Jesús estaba todavía muy reciente. Por las comunidades cristianas circulaban diversas versiones de su pasión. Todos sabían que era peligroso seguir a alguien que había terminado tan mal. Se recordaba una frase de Jesús: «El discípulo no está por encima de su maestro». Si a él le han llamado Belcebú, ¿qué no dirán de sus seguidores?

Jesús no quería que sus discípulos se hicieran falsas ilusiones. Nadie puede pretender seguirle de verdad sin compartir de alguna manera su suerte. En algún momento alguien nos rechazará, maltratará, insultará o condenará. ¿Qué hay que hacer?

La respuesta le sale a Jesús desde dentro: «No les tengáis miedo». El miedo es malo. No ha de paralizar nunca a sus discípulos. No han de callarse. No han de cesar de propagar su mensaje por ningún motivo.

Jesús les explica cómo han de situarse ante la persecución. Con él ha comenzado ya la revelación de la Buena Noticia de Dios. Deben confiar. Lo que todavía está «encubierto» y «escondido» a muchos, un día quedará patente: se conocerá el Misterio de Dios, su amor al ser humano y su proyecto de una vida más feliz para todos.

Los seguidores de Jesús están llamados a tomar parte desde ahora en ese proceso de revelación: «Lo que yo os digo de noche, decidlo en pleno día». Lo que les explica al anochecer, antes de retirarse a descansar, lo tienen que comunicar sin miedo «en pleno día». «Lo que yo os digo al oído, pregonadlo desde los tejados». Lo que les susurra al oído para que penetre bien en su corazón, lo tienen que hacer público.

Jesús insiste en que no tengan miedo. «Quien se pone de mi parte», nada ha de temer. El último juicio será para él una sorpresa gozosa. El juez será «mi Padre del cielo», el que os ama sin fin. El defensor seré yo mismo, que «me pondré de vuestra parte». ¿Quién puede infundirnos más esperanza en medio de las pruebas?

Jesús imaginaba a sus seguidores como un grupo de creyentes que saben «ponerse de su parte» sin miedo. ¿Por qué somos tan poco libres para abrir nuevos caminos más fieles a Jesús? ¿Por qué no nos atrevemos a plantear de manera sencilla, clara y concreta lo esencial del evangelio?

José Antonio Pagola
buenasnoticias@ppc-editorial.com

 

_________________________________________________________________________________________________

«Mirar el mundo sin miedos ni prejuicios, como lo mira Dios»

Durante su encuentro con las setenta participantes en el 37º Capítulo de la Congregación de Jesús-María el Santo Padre les manifestó su deseo de que sigan imitando a su Fundadora, Santa Claudina Thévenet

«Necesitamos mirar nuestro mundo con simpatía, sin miedo, sin prejuicios, con valentía, como lo mira Dios, sintiendo nuestros los dolores, los gozos, las esperanzas de nuestros hermanos; desde ahí anunciar con la vida y la palabra, y hacer «conocer y amar a Jesús y a María», con la creatividad de diaconías y obras de apostolado. «¡Cuán bueno es Dios!» fueron las últimas palabras de Claudina. Sean estas palabras también las de ustedes en vuestros senderos, todos los días.»