Semana Santa

28 de marzo de 2021. Domingo de Pasión (Domingo de Ramos)

Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (50,4-7):
Salmo

Sal 21,8-9.17-18a.19-20.23-24

R/.
 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (2,6-11):

Evangelio

Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos (15,1-39):
«En cuanto amaneció, los sumos sacerdotes se reunieron en Consejo con los ancianos, los escribas y todo el Sanedrín. Y después de atar a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato. Este lo interrogó: «¿Tú eres el rey de los judíos?». Jesús le respondió: «Tú lo dices». Los sumos sacerdotes multiplicaban las acusaciones contra él. Pilato lo interrogó nuevamente: «¿No respondes nada? ¡Mira de todo lo que te acusan!». Pero Jesús ya no respondió a nada más, y esto dejó muy admirado a Pilato. 6.En cada Fiesta, Pilato ponía en libertad a un preso, a elección del pueblo. Había en la cárcel uno llamado Barrabás, arrestado con otros revoltosos que habían cometido un homicidio durante la sedición. La multitud subió y comenzó a pedir el indulto acostumbrado. Pilato les dijo: «¿Quieren que les ponga en libertad al rey de los judíos?». Él sabía, en efecto, que los sumos sacerdotes lo habían entregado por envidia. Pero los sumos sacerdotes incitaron a la multitud a pedir la libertad de Barrabás. Pilato continuó diciendo: «¿Qué quieren que haga, entonces, con el que ustedes llaman rey de los judíos?». Ellos gritaron de nuevo: «¡Crucifícalo!». Pilato les dijo: «¿Qué mal ha hecho?». Pero ellos gritaban cada vez más fuerte: «¡Crucifícalo!». Pilato, para contentar a la multitud, les puso en libertad a Barrabás; y a Jesús, después de haberlo hecho azotar, lo entregó para que fuera crucificado. Los soldados lo llevaron dentro del palacio, al pretorio, y convocaron a toda la guardia. Lo vistieron con un manto de púrpura, hicieron una corona de espinas y se la colocaron. Y comenzaron a saludarlo: «¡Salud, rey de los judíos!». Y le golpeaban la cabeza con una caña, le escupían y, doblando la rodilla, le rendían homenaje. Después de haberse burlado de él, le quitaron el manto de púrpura y le pusieron de nuevo sus vestiduras. Luego lo hicieron salir para crucificarlo. Como pasaba por allí Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, que regresaba del campo, lo obligaron a llevar la cruz de Jesús. Y condujeron a Jesús a un lugar llamado Gólgota, que significa: «lugar del Cráneo». Le ofrecieron vino mezclado con mirra, pero él no lo tomó. Después lo crucificaron. Los soldados se repartieron sus vestiduras, sorteándolas para ver qué le tocaba a cada uno. Ya mediaba la mañana cuando lo crucificaron. La inscripción que indicaba la causa de su condena decía: «El rey de los judíos». Con él crucificaron a dos bandidos, uno a su derecha y el otro a su izquierda. Así se cumplió la Escritura que dice: y fue contado entre los malhechores. Los que pasaban lo insultaban, movían la cabeza y decían: «¡Eh, tú, que destruyes el Templo y en tres días lo vuelves a edificar, sálvate a ti mismo y baja de la cruz!». De la misma manera, los sumos sacerdotes y los escribas se burlaban y decían entre sí: «¡Ha salvado a otros y no puede salvarse a sí mismo!Es el Mesías, el rey de Israel, ¡que baje ahora de la cruz, para que veamos y crea-mos!». También lo insultaban los que habían sido crucificados con él. Al mediodía, se oscureció toda la tierra hasta las tres de la tarde; y a esa hora, Jesús exclamó en alta voz: «Eloi, Eloi, lamá sabactani», que significa: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?». Algunos de los que se encontraban allí, al oírlo, dijeron: «Está llamando a Elías». Uno corrió a mojar una esponja en vinagre y, poniéndola en la punta de una caña, le dio de beber, diciendo: «Vamos a ver si Elías viene a bajarlo». Entonces Jesús, dando un gran grito, expiró. El velo del Templo se rasgó en dos, de arriba abajo. Al verlo expirar así, el centurión que estaba frente a él, exclamó: «¡Verdaderamente, este hombre era Hijo de Dios!».»

                                                                                              PALABRA DE DIOS

Comentario

Hoy, Domingo de Ramos todo está preparado para acompañar a Jesús en su Pascua. Dónde Él entra triunfante para entregar su vida por cada uno de nosotros.
En este evangelio podemos encontrar muchos simbolismos, pero lo que más nos llama a nosotros
a reflexionar son tres puntos:


El primero, es el de una mujer que rompe el frasco de perfume para derramar sobre la cabeza de
Jesús. Ese frasco representa la persona misma y el perfume es el amor. El amor que es dar todo,
no quedarnos nada para sí solos. Jesús es el frasco que se rompe por amor a nosotros y no se queda con nada para Él.

El segundo es la decisión de la traición, dónde todo un pueblo que alababan piden que lo
crucificara. Y esto realmente es para meditarlo profundamente. ¿Cuántas veces lo hemos
crucificado nosotros? Sin embargo Jesús contempla la traición de su pueblo.


Por último la expresión de aquel soldado, quien ha sido testigo del amor de Dios: diciendo verdaderamente éste era el hijo del hombre.


Que Claudina nos ayude a imitar a Jesús entregándonos por los demás.
Que podamos experimentar el amor Misericordioso de Dios, despertando en cada uno de
nosotros el deseo de poder agradar a Él haciendo el bien, como lo supo ella experimentar en la entrega, el servicio y el perdón.

AFJM, Corrientes

 

 

 

Tiempo ordinario

14 de Febrero. Domingo 6º del Tiempo Ordinario –

«Lo quiero, queda purificado»

Primera lectura

Lectura del libro del Levítico (13,1-2.44-46):

El Señor dijo a Moisés y a Aarón: «Cuando alguno tenga una inflamación, una erupción o una mancha en la piel, y se le produzca la lepra, será llevado ante Aarón, el sacerdote, o cualquiera de sus hijos sacerdotes. Se trata de un hombre con lepra: es impuro. El sacerdote lo declarará impuro de lepra en la cabeza. El que haya sido declarado enfermo de lepra andará harapiento y despeinado, con la barba tapada y gritando: «¡Impuro, impuro!» Mientras le dure la afección, seguirá impuro; vivirá solo y tendrá su morada fuera del campamento.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 31,1-2.5.11

R/. Tú eres mi refugio, me rodeas de cantos de liberación.

Dichoso el que está absuelto de su culpa,

a quien le han sepultado su pecado;

dichoso el hombre a quien el Señor

no le apunta el delito. R/.

Había pecado, lo reconocí,

no te encubrí mi delito;

propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»

y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. R/.

Alegraos, justos, y gozad con el Señor;aclamadlo, los de corazón sincero. R/.

Segunda lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (10,31–11,1):

“Cuando comáis o bebáis o hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios. No deis motivo de escándalo a los judíos, ni a los griegos, ni a la Iglesia de Dios, como yo, por mi parte, procuro contentar en todo a todos, no buscando mi propio bien, sino el de la mayoría, para que se salven. Seguid mi ejemplo, como yo sigo el de Cristo.”

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,40-45):

«Entonces se le acercó un leproso para pedirle ayuda y, cayendo de rodillas, le dijo: «Si quieres, puedes purificarme». Jesús, conmovido, extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Lo quiero, queda purificado».En seguida la lepra desapareció y quedó purificado. .Jesús lo despidió, advirtiéndole severamente: «No le digas nada a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega por tu purificación la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio». Sin embargo, apenas se fue, empezó a proclamarlo a todo el mundo, divulgando lo sucedido, de tal manera que Jesús ya no podía entrar públicamente en ninguna ciudad, sino que debía quedarse afuera, en lugares desiertos. Y acudían a él de todas partes.»

Palabra de Dios

Comentario:

En la primera lectura escuchamos sobre la enfermedad de la lepra; en ese tiempo las personas enfermas eran consideradas impuras y condenadas socialmente a pasar vergüenza y vivir en soledad.

La segunda lectura nos invita a realizar cada una de nuestras actividades diarias en nombre de Dios; ofrecerle nuestras labores hogareñas, nuestros estudios, nuestro desempeño laboral, compartir nuestros pesares y alegrías. Nos invita a tener la valentía de incluirlo en nuestra vida desde lo más simple hasta lo mas complejo.

El salmo nos anticipa el gozo de sentirnos curados por nuestro Señor, canta confirmando esa valentía de atrevernos a ser sinceros con Él.

En el Evangelio vemos a un leproso, a un enfermo, a alguien que necesita ser sanado… vemos a una persona, a uno de nosotros que con plena confianza se arrodilla frente a Jesús suplicando que lo cure. Vemos a Jesús que totalmente a la inversa que todos los demás, en vez de alejarse y despreciar… ¡se compadece, extiende su mano y lo toca! Le expresa su deseo de querer curarlo no sólo físicamente sino que consecuentemente lo quiere curar también de su soledad, de su angustia, de su marginación.



La lectura de esto nos lleva a decir ¡Qué bueno es Dios! Es posible también para nosotros ver a Santa Claudina acercándose a los que sufren necesidad, a los excluidos, a las olvidadas… Ella busca con cariño que el mundo que la rodeaba sepa que Jesús QUIERE acercarse a cada uno para tocarlos y sanar.

Para reflexionar:

Me pienso de rodillas frente a Jesús.. ¿qué le pediría? ¿Qué necesidad de ser curada/o encuentro en mí?
Hago silencio y escucho.. ¿a quien me pide que me acerque para animarlo a sentirse tocado y sanado por Él?



AFJM “ Senderos ” Pablo Nogués, Argentina


Tiempo ordinario

7 de Febrero. Domingo 5º del Tiempo Ordinario –



«Él se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar»

Primera lectura

Lectura del libro de Job (7,1-4.6-7):

Salmo

Sal 146,1-2.3-4.5-6

R/.
 Alabad al Señor,
que sana los corazones destrozados


Él sana los corazones destrozados,
venda sus heridas.
Cuenta el número de las estrellas,
a cada una la llama por su nombre. R/.

Segunda lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (9,16-19.22-23):

«Si anuncio el Evangelio, no lo hago para gloriarme: al contrario, es para mí una necesidad imperiosa. ¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!»


Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,29-39):

«Cuando salió de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron de inmediato. Él se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar. Entonces ella no tuvo más fiebre y se puso a servirlos. Al atardecer, después de ponerse el sol, le llevaron a todos los enfermos y endemoniados, y la ciudad entera se reunió delante de la puerta. Jesús curó a muchos enfermos, que sufrían de diversos males, y expulsó a muchos demonios; pero a estos no los dejaba hablar, porque sabían quién era él. Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando. Simón salió a buscarlo con sus compañeros, y cuando lo encontraron, le dijeron: «Todos te andan buscando». Él les respondió: «Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido». Y fue predicando en las sinagogas de toda la Galilea y expulsando demonios.»
                                                                                                                                                            Palabra del Señor

COMENTARIO

En el Evangelio de hoy Jesús es invitado a la casa de Simón y Andrés, y casi como aprovechando las circunstancias, le ponen al tanto de la situación de la suegra de Simón.  No le piden expresamente nada: sólo le hablan, le informan de que está mala en la cama con fiebre. Con todo, están expresando su confianza con el Maestro. Esta actitud nos hace pensar en cuántas palabras sobran en nuestras oraciones, diciéndole a Dios lo que tendría que hacer. En la sinagoga (recordemos la escena del Evangelio del domingo pasado) había mandado callar al poseso de manera tajante: «¡Cállate!».  Tal vez digamos demasiadas palabras al orar sin entender que Jesús sabe de nuestras necesidades y de lo que es mejor para nosotros. Pues bien, a los discípulos les bastó con contarle la situación y lo dejaron todo en manos de Jesús. 

  • ¿Cuántas veces nos desesperamos pidiéndole a Dios por nuestras necesidades y las de nuestros seres queridos olvidándonos de ponerlas en manos de Dios? Con la actitud de quien hace un regalo confiado en que el que lo recibe sabrá apreciarlo, así debemos entregarle al Señor nuestras súplicas.

También lo que decimos respecto a la oración es aplicable al trato con los enfermos. A menudo nos llenamos de palabrería: «Verás cómo te curas enseguida». «Yo tengo un conocido que tuvo lo mismo que tú, y salió adelante». «Tienes que tener paciencia y hacer caso a los médicos» (como si el pobre enfermo no estuviera dispuesto a hacerles caso). «Si yo estuviera en tu lugar…» (cosa del todo imposible porque nadie puede estar en el lugar de otro). Incluso: «no te quejes tanto», «ten más paciencia», o «no es para tanto»

     Es verdad que estas cosas se dicen con cariño, buena intención, y pretenden ayudar, pero… seguramente sería más adecuado un gesto. «Jesús se acercó y la tomó de la mano». Acercarse. Físicamente, procurar ir, estar, acompañar al enfermo. Es un gesto de cariño que vale más que mil palabras. No es lo mismo que una llamadita, o que preguntar a quien sea cómo está. Acercarse. Y tomar de la mano. Es otro gesto importante. Cuando uno está pasándolo mal, cuánto ayuda que te den la mano, o un beso en la frente, o un abrazo en silencio. Las caricias, la ternura, las muestras de cariño nunca sobran. Especialmente (pero no únicamente) cuando se trata de personas mayores.

Es verdad que ahora lo de dar la mano, tocar, dar un beso, una caricia… son «cosas prohibidas». Pero en la medida de nuestras posibilidades debemos como Claudina dejarnos conmover por las miserias de nuestro tiempo e intentar dar respuesta. ¿Qué maneras he encontrado en éste tiempo de pandemia para acompañar a los más necesitados? ¿Qué más puedo aportar desde mi experiencia de sentirme amado por Cristo para que otros puedan sentir lo mismo?

AFJM, CORDOBA

Tiempo ordinario

24 DE ENERO – DOMINGO 3º DEL TIEMPO ORDINARIO



«Síganme, y yo los haré pescadores de hombres»

Primera lectura

Lectura de la profecía de Jonás (3,1-5.10):

Salmo

Sal 24,4-5ab.6-7bc.8-9

R/. Señor, enséñame tus caminos

Segunda lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (7,29-31):

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,14-20):

“Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo:«El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia». Los primeros discípulosMientras iba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el agua, porque eran pescadores. Jesús les dijo: «Síganme, y yo los haré pescadores de hombres».Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron. Y avanzando un poco, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban también en su barca arreglando las redes. En seguida los llamó,y con ellos, dejando en la barca a su padre Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron.”

Palabra del Señor

Comentario

«Ellos eran pescadores». Para Santiago y Juan, Simón y Andrés,  este día fué distinto, al pasar Jesús y llamarlos para que lo siguieran abandonaron todo. La persona y el llamado de Jesús era tan irresistible, que tomaron la decisión sin necesidad de prepararse.

Señor, Tú dices: «Sígueme». También para nosostros – en medio de nuestro trabajo, vida familiar y enfermedad –es el el profundo llamado a seguirlo, cuidar de los demás y darle a Él un lugar prioritario en nuestras vidas. ¿Puedes recordar los momentos en que te diste cuenta que te sucedió a tí?

Las vidas de los discípulos cambiaron desde el día en que siguieron a Jesús: dejaron de ser pescadores, y el mundo sería su hogar en adelante. En nuestras oraciones ofrezcamos nuestro futuro al Señor, con generosidad y confianza.Señor, enséñame a conocerte mejor, amarte más y servirte más fielmente en mi vida.

En los momentos más comunes de nuestra vida somos invitados a ser personas para quienes el amor de los demás es la razón para todo lo que hacemos y decimos. En lo ordinario nos volvemos discípulos, y en lo ordinario podemos llegar a ser santos.

«Claudina tuvo la experiencia de un Dios Amor que la libera y la urge a salir de SÍ hacia los más pobres y excluídos y le impulsa a la comunión»…

Hoy como entonces, es urgente transmitir la experiencia de ese Dios Bueno, que se acerca a los hombres, aún en medio de la oscuridad para salvarlos….

“¡Conviértanse! ¡Crean en la Buena Nueva!” ¿Cómo está aconteciendo esto en mi vida? Compartimos esta canción con la confianza de que el Espíritu nos mueva a vivir esta oración como un alimento y soplo para seguir a Jesús y que lo descubramos juntos en la Familia Jesús María.

AFJM, CÓRDOBA

Navidad

Domingo, 10 de enero de 2021 .Lecturas del Bautismo del Señor – Ciclo B

«Este es mi Hijo amado, escúchenlo»

Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (42,1-4.6-7):

“Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he tomado de la mano, te he formado, y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan las tinieblas.»

Salmo

Sal 28,1a.2.3ac-4.3b.9b-10

R/.
 El Señor bendice a su pueblo con la paz

Segunda lectura

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (10,34-38):

«Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.»


Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,7-11):

««Detrás de mí vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo». En aquellos días, Jesús llegó desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Y al salir del agua, vio que los cielos se abrían y que el Espíritu Santo descendía sobre él como una paloma; y una voz desde el cielo dijo: «Tú eres mi Hijo muy querido, en ti tengo puesta toda mi predilección».»

                                                                                                                          Palabra  de Dios

COMENTARIO

Nada más lindo que esta lectura donde Jesús es bautizado y recordar las palabras del Padre. » eres mi hijo amado y en ti mi complazco». Hoy me detengo en esa mirada del Padre a su Hijo. Jesús se hace uno con nosotros por lo que es lindo saber que esas mismas palabras son nuestras también. Me encanta saber que por medio del Bautismo de cada uno de nosotros, así con toda nuestra condición humana, Dios Padre nos toma como hijos suyos… Nos dice a todos «eres mi hijo amado», esta misma frase se repite en parábola del Padre misericordioso. Constantemente Dios nos dice que nos ama y se complace con nuestra presencia, con nuestros gestos de amor, con nuestra actitud en salida al mundo, con los que nos rodean.

(Imagen de Santa Claudina de la capilla de JM Pablo Nogués)

En Claudina puedo notar también como ella se re significa como hija de Dios, y como desde ese amor de padre e hija, así como Jesús, abre su corazón con gestos de acogida y amor a tantos que en su tiempo lo necesitaban, con toda su humanidad y pequeñez.

En la Epifanía, Dios, se da a conocer, enviando a su hijo. En el bautismo de Jesús, Dios reivindica a su hijo. Lo llama su predilecto. Entonces, y ahora, pocos lo reconocieron. Esa fue la gran preocupación de Claudina. Los hombres y mujeres, que viven sin conocer a Dios. Preocupación, que hacemos nuestra, tambien hoy. Pidamos, que como Claudina,demos a conocer a Dios, y confirmemos su misión y su presencia en nuestras vidas, para que se muestre en la vida de quienes nos conocen.

AFJM, Pablo Nogués

Navidad

Miércoles 6 de enero de 2021.Epifanía del Señor

«Vayamos a adorarlo»

Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (60,1-6): «¡LEVÁNTATE y resplandece, Jerusalén, porque llega tu luz»
Salmo 71 R/. Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de  la tierra.


Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (3,2-3a.5-6):

“También los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo, y partícipes de la misma promesa en Jesucristo, por el Evangelio.”
Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (2,1-12):

«Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén y preguntaron: «¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo». Al enterarse, el rey Herodes quedó desconcertado y con él toda Jerusalén. Entonces reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, para preguntarles en qué lugar debía nacer el Mesías. «En Belén de Judea, le respondieron, porque así está escrito por el Profeta:Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo, Israel». Herodes mandó llamar secretamente a los magos y después de averiguar con precisión la fecha en que había aparecido la estrella, los envió a Belén, diciéndoles: «Vayan e infórmense cuidadosamente acerca del niño, y cuando lo hayan encontrado, avísenme para que yo también vaya a rendirle homenaje». Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño. Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría, y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra. Y como recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes, volvieron a su tierra por otro camino.»


                                                                                                                                Palabra del Señor

COMENTARIO

Hoy celebramos la manifestación de Dios, a través de la lectura de la venida de los Reyes Magos – «Magos», no en el sentido que conocemos hoy en día, sino que se hablaba de aquella manera de personas «sabias».  Cada uno de éstos 3 Reyes representan la diversidad de razas conocidas en ese entonces – Asia, Europa y África – como también, las distintas etapas (niñez-juventud-vejez); refiriéndose a partir de los Reyes, que el encuentro con Dios no solamente se manifiesta al Pueblo de Israel, sino que A TODOS.

En el evangelio de hoy se nos recuerda el momento en que los Reyes iban camino hacía Belén, dejándose llevar por una estrella, la cual ha sido un medio de Dios en su peregrinación hasta Jesús.

Hoy quizás algo de la trascendencia simbólica de esta estrella continúa en la vida de cada uno/a… a través de muchas personas (ya sea en nuestra comunidad, familias, amigos, las religiosas de JM, en nuestra parroquia, entre otras) que a lo largo de nuestra vida han sido medios, que nos invitan constantemente y hallar a  Jesús en nuestra cotidianidad, para amarlo y seguirlo cada vez más de cerca. Porque como pequeñas estrellas iluminan, reconfortan y guían nuestro camino hacía aquel que sorprendentemente lo cambiará todo.

Siguiendo la lectura, podemos observar como los Magos les despertaba tal admiración, esperanza y alegría presenciar la escena del niño Jesús junto a María; que es de alguna manera los mismos sentimientos que provocan en nosotros cuando tenemos la certeza de saber y sentir que Él esta cerca, que está con y en nosotros/as. 

Antes de finalizar, podemos quedarnos con ésta última imagen, que tanto nos puede ayudar en este nuevo año que acaba de comenzar; en el mirar como cada uno de los Reyes le ofrecieron regalos, dones con un valor simbólico: Oro (Realeza), Incienso (Divinidad) y Mirra (Humanidad). A partir de esta escena, quedarnos con una pregunta, dejándola resonar en nosotros:

Desde mi persona, ¿Qué le voy a ofrecer a Jesús en este año que comienza?

Desde Claudina:

Acompañando a cada uno de estos magos tan distintos: nosotros/as como parte de esta Familia de Jesús María, la cual se encuentra en 28 países del mundo, nos encontramos con este carisma que trasciende fronteras; que pese también a las diferencias de culturas, idiomas, edades, entre otras; nos une una misma persona que nos hermana: la persona de Jesús.  «Esta hermandad nos urge, como a Claudina, a cuidar, a querer compartir con otros la alegría que tenemos, así es como crece esta familia. Cuando reconocemos y agradecemos el don que es Dios para nosotros, cuando descubrimos y elegimos tener a Jesús como centro en la vida, vivir bajo su mirada y abrirnos a los demás, sentimos la alegría que nos nace de vivir confiados en un proyecto que nos trasciende y nos incluye. Y por eso queremos compartir esta alegría invitar a otros, ser casa abierta para todos»Palabras de Ruth Otero RJM, por el Bicentenario de Jesús María, el 6/10/18. La Calera, Argentina.

Adviento

20 de Diciembre. Domingo 4º de Adviento –

«Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho»

Primera lectura

Lectura del segundo libro de Samuel (7,1-5.8b-12.14a.16):

“Yo seré para él padre, y él será para mí hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mí presencia; tu trono permanecerá por siempre.»

Salmo

Sal 88,2-3.4-5.27.29

R/.
 Cantaré eternamente tus misericordias, Señor

Él me invocará: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora.»
Le mantendré eternamente mi favor,
y mi alianza con él será estable. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (16,25-27):

«Gloria a Dios, que tiene el poder de afianzarlos, según la Buena Noticia que yo anuncio, proclamando a Jesucristo, y revelando un misterio que fue guardado en secreto desde la eternidad 26.y que ahora se ha manifestado! Este es el misterio que, por medio de los escritos proféticos y según el designio del Dios eterno, fue dado a conocer a todas las naciones para llevarlas a la obediencia de la fe. 27.¡A Dios, el único sabio, por Jesucristo, sea la gloria eternamente! Amén.»

Palabra de Dios

Evangelio Lucas (1,26-38):

«En el sexto mes, el Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo». 29.Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. 30.Pero el Ángel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. 31.Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; 32.él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, 33.reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin». 34.María dijo al Ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?». 35.El Ángel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. 36.También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, 37.porque no hay nada imposible para Dios». 38.María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho». Y el Ángel se alejó.»

Comentario

Hoy celebramos el cuarto y último domingo de Adviento. Cada vez más cerca del momento en que cambió la historia de la humanidad, del momento en que los brazos de María y José, (y de alguna manera los nuestros), pudieron acunaral Niño Dios que nació para que todos podamos nacer y renacer al amor de Dios, para siempre.

En el evangelio de hoy se nos recuerda el momento en que el ángel Gabriel visita a María para anunciarle que será la Madre del Hijo de Dios, y queremos que sus primeras palabras resuenen en nuestros corazones: ¡Alégrate María!

Alegrémonos siempre junto con María porque Dios obra, alegrémonos porque Dios se hizo y se sigue haciendo presente en nuestras vidas para transformar la confusión en esperanza, el desconcierto en acción comprometida, el dolor en gozo, el misterio en realidad, la muerte en vida…

Alegrémonos, aún en estos tiempos difíciles, con la confianza de que Jesús, quien sigue eligiendo nacer como hombre, caminará a nuestro lado y dará un sentido nuevo a nuestro caminar.

Claudina se abrazó siempre, aún en sus momentos más difíciles, a María,confiada en que nuestra Madre nos señala siempre el camino al Dios-Amor que nace en un pesebre, porque se hizo hombre, como nosotros, por nosotros, y para que nosotros nos acerquemos definitivamente a la ternura de Dios.

¡¡Alegrémonos!! ¡¡El Señor ya nace!!

AFJM, equipo «Recorriendo»

Adviento

13 de Diciembre. Domingo 3º de Adviento

«Estén alegres. El Señor está cerca.»

Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (61,1-2a.10-11):
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos, y a los prisioneros la libertad, para proclamar el año de gracia del Señor.

Salmo

Lc 1,46-48.49-50.53-54 R/. Me alegro con mi Dios

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones. 

Segunda lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (5,16-24):
«Estén siempre alegres. Oren sin cesar. Den gracias a Dios en toda ocasión: esto es lo que Dios quiere de todos ustedes, en Cristo Jesús.»

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (1,6-8.19-28):

«Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino el testigo de la luz.» «Este es el testimonio que dio Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén, para preguntarle: «¿Quién eres tú?».Él confesó y no lo ocultó, sino que dijo claramente: «Yo no soy el Mesías». «¿Quién eres, entonces?», le preguntaron: «¿Eres Elías?». Juan dijo: «No». «¿Eres el Profeta?». «Tampoco», respondió. Ellos insistieron: «¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?»..Y él les dijo: «Yo soy una voz que grita en el desierto: Allanen el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías». Algunos de los enviados eran fariseos y volvieron a preguntarle: «¿Por qué bautizas, entonces, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?». Juan respondió: «Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay alguien al que ustedes no conocen: él viene después de mí, y yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia». Todo esto sucedió en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba.»
                                                                                                                Palabra de Dios

COMENTARIO

 La sonrisa puede el mejor acto de caridad y de cariño que podemos ofrecer a una persona en esta Navidad. Una “alegría constante”, una “oración perseverante”, una “continua acción de gracias” son parte del espíritu con el cual vivir el tiempo de Adviento. Nos dice Francisco el Santo Padre

La búsqueda de la alegría y la felicidad es importante; decir que Dios no quiere que seamos felices o perseguir la alegría es falso. Dios no nos llama a una vida llena de tristeza y tristeza, sino llena de alegría. Pero la alegría en la que vivimos no se encuentra en nada en este mundo, sino que solo viene en conocer a Cristo y la gloriosa esperanza que está en él.

Hemos llegado al tercer domingo de Adviento. Y todo él está dominado por el tema de la alegría. Antiguamente se llamaba a este día «el domingo de la alegría”

 «Estad siempre alegres en el Señor» -exhorta san Pablo a los Filipenses-; os lo repito: estad alegres. El Señor está cerca.

La alegría es esencial en toda fiesta, y con Jesús estamos de fiesta. Además, es una característica de todo buen cristiano. Porque Dios nos ama infinitamente y nos protege siempre con su providencia de Padre. Porque ya hemos sido redimidos de nuestros pecados y gozamos de la compañía de nuestro Salvador. Porque albergamos en nuestro corazón las más seguras y ciertas esperanzas de una vida feliz y eternamente bienaventurada que nos aguarda en la otra vida, pero de la que ya gozamos, de alguna manera, aquí abajo. ¡Esperamos a nuestro Redentor! Y con Dios tenemos mil motivos para estar alegres y para ser optimistas. «Si Dios está con nosotros -exclamaba san Pablo-, ¿quién contra nosotros?».

Santa Claudina recomendaba «alegría de corazón, generosidad de espíritu, confianza. Fortaleza de alma y voluntad firme y generosa». Pos., pp. 55,477

                                                             AFJM , Comunidad de Corrientes

«La Alegría nos invita a esperar a Aquel que viene»

Tiempo ordinario

22 de Noviembre. Solemnidad de Cristo Rey.

«Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo»

Primera lectura

Lectura de la profecía de Ezequiel (34,11-12.15-17):

Buscaré las ovejas perdidas, recogeré a las descarriadas; vendaré a las heridas; curaré a las enfermas: a las gordas y fuertes las guardaré y las apacentaré como es debido.

Salmo

Sal 22,1-2a.2b-3.5.6
R/.
 El Señor es mi pastor, nada me falta

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R/.

Segunda lectura

Lectura de la primera carta de san Pablo a los Corintios (15,20-26.28):
Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos. Si por un hombre vino la muerte, por un hombre ha venido la resurrección
                                              

Evangelio (Mt 25,14-31)

«Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a la izquierda. .Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: «Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver». Los justos le responderán: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?». Y el Rey les responderá: «Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo». Luego dirá a los de la izquierda: «Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles, porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron». Estos, a su vez, le preguntarán: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?». Y él les responderá: «Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo». Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna».»
                                                                                                                                      Palabra del Señor

COMENTARIO

El evangelio de hoy nos invita a tomarnos un tiempo para mirar el camino recorrido de nuestras actitudes y compromiso con el otro.

¿Cómo lo estamos realizando? Cabe hacernos la pregunta: ¿estuvo en nuestro corazón la compasión y la ternura del amor de Dios?

 Antes de tender la mano hacia nuestro prójimo, ¿actuó el amor sincero, o solo fue un gesto de poder y orgullo de sentirme más que él?

Se pone en juego nuestra conciencia, nuestra dimensión interior, mucho más de lo que se ve hacia afuera. 

Jesús nos invita a esta reflexión para encontrarnos con la vida eterna.

Santa Claudina fue capaz de reconocer a Jesús en cada hermano sufriendo. Su manera de responder a las necesidades de su tiempo fue el amor.

AFJM, Montevideo, Uruguay

Tiempo ordinario

15 de Noviembre. Domingo 33º del Tiempo Ordinario

«A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno según su capacidad»

Primera lectura

Lectura del libro de los Proverbios (31,10-13.19-20.30-31):
Extiende la mano hacia el huso, y sostiene con la palma la rueca. Abre sus manos al necesitado y extiende el brazo al pobre.

Salmo

Sal 127,1-2.3.4-5

R/.
 Dichoso el que teme al Señor

Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa; tus hijos,
como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa. 

Segunda lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (5,1-6):

Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, para que ese día no os sorprenda como un ladrón, porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no lo sois de la noche ni de las tinieblas, Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y despejados.

Evangelio Mateo (25,14-30):

«El Reino de los Cielos es también como un hombre que, al salir de viaje, llamó a sus servidores y les confió sus bienes. A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno según su capacidad; y después partió. En seguida, el que había recibido cinco talentos, fue a negociar con ellos y ganó otros cinco. De la misma manera, el que recibió dos, ganó otros dos, pero el que recibió uno solo, hizo un pozo y enterró el dinero de su señor. Después de un largo tiempo, llegó el señor y arregló las cuentas con sus servidores. El que había recibido los cinco talentos se adelantó y le presentó otros cinco. «Señor, le dijo, me has confiado cinco talentos: aquí están los otros cinco que he ganado». «Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su señor, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor». Llegó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: «Señor, me has confiado dos talentos: aquí están los otros dos que he ganado». «Está bien, servidor bueno y fiel, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor». Llegó luego el que había recibido un solo talento. «Señor, le dijo, sé que eres un hombre exigente: cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido. Por eso tuve miedo y fui a enterrar tu talento: ¡aquí tienes lo tuyo!». Pero el señor le respondió: «Servidor malo y perezoso, si sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido, tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubiera recuperado con intereses. Quítenle el talento para dárselo al que tiene diez, porque a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. Echen afuera, a las tinieblas, a este servidor inútil; allí habrá llanto y rechinar de dientes».

                                                                          Palabra de Dios

COMENTARIO

Este es el domingo anterior a Cristo Rey, es decir, estamos culminado el año litúrgico. En estos últimos domingos la Palabra de Dios nos invita, a través de parábolas, a estar preparados y vigilantes esperando la llegada de Jesús.

Si bien Jesús todos los días se acerca a nosotros, nos invita, nos llama, nos espera, la Palabra de Dios hace énfasis en que “el día es hoy, la hora ya”. Jesús está cerca… ¿queremos recibirlo? ¿Cómo? La canción de Zaqueo nos pone en clima y nos interpela. ¿Queremos ver a Jesús? ¿Qué estamos dispuestos a hacer para encontrarnos con Él?¿Deseamos encontrarnos con Jesús, de manera especial este domingo?

Nos disponemos a encontrarnos con el Amigo. Buscamos un espacio tranquilo, podemos armar un altarcito, encender una velita, dedicamos unos minutos para conversar con Jesús y la Palabra que nos regala y se hace alimento para nosotros.

El Buena Noticia de este domingo nos trae la llamada “Parábola de los talentos”. TODOS tenemos talentos, tenemos dones, capacidades, posibilidades. Dos pistas: la primera: Dios no es un “jefe explotador”. Dios Padre sabe que tenemos dones y capacidades y su deseo mayor es que los descubramos, los pongamos al servicio de los hermanos. La segunda: ¿cómo me miro? ¿Me miro con los ojos y el corazón de Dios? O me miro con los criterios que imperan hoy en el mundo: lo que más brilla, el que llega más alto pisando al de al lado, el que triunfa sólo sin importar el cómo… Dios Padre todo bondad, no mira las apariencias, sino el corazón.

El salmo reza: “Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos, comerás el fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien. Tu mujer como parra fecunda, en medio de tu casa, tus hijos como renuevos de olivos alrededor de tu mesa. Esta es la bendición del hombre que teme al Señor.” Esos talentos y dones, en el primer lugar donde deben fructificar es en nuestra familia, con nuestros vecinos, en nuestro barrio, en nuestra comunidad.

En los próximos días me propongo valorar mis seres queridos y ser más paciente.

Tratar de encontrar cada día de la semana un espacio de silencio y encuentro con Jesús.

Claudina deseaba educar mujeres que sean la bendición de sus hogares. Ella enseñaba a sus niñas el uso del telar y ayudaba a que cada una desarrolle su talento. El sueño de Claudina sigue vigente y vivo a través de nuestra propia vida. Ella nos anima a desarrollar nuestros talentos y ponerlos al servicio de los demás.

AFJM, CARDONA, URUGUAY